El día 14 de febrero del 2017, entró en la Casa del Padre Fr. José Martínez Marín, tras mes y medio de dolorosa hospitalización, una buena parte de él pasado en la UVI del Hospital Virgen de la Vega de Murcia, su tierra natal donde había acudido a pasar algunos días de las vacaciones Navideñas.

          Había nacido en Ribera de Molina (Murcia) el día 24 de abril de 1933.  Ingresó en la Escuela Apostólica de Requena (Valencia) donde hizo los estudios secundarios. El día 10 de octubre de 1949 inició el noviciado en el convento de Alicante, profesando el día 12 del mismo mes de 1950.  Realizó los estudios de Filosofía en los conventos de Alicante, Valencia y Cardedeua a partir partir de 1952, siendo de la primera generación del convento de San Raimundo de Peñafort de dicha localidad catalana en que la antigua Provincia de Aragón decidió implantar a partir de esa fecha la Escuela Apostólica, el Noviciado y el trienio filosófico. En setiembre de 1953 se traslada a Valencia para cursar los estudios de Teología, e hizo la profesión solemne el 3 de mayo de 1954, siendo ordenado presbítero el día 30 de junio de 1957. 

          Su primer destino en 1958 fue la comunidad del colegio de Santo Tomás de Aquino de Montevideo, donde ejerció el ministerio parroquial junto con la enseñanza. De ahí, en mayo de 1962, fue asignado a la casa de David, en Panamá, que llegaría a ser su segunda Patria, pues al cabo de cuarenta y tres años -con algunas pequeñas interrupciones- de permanencia en aquellas tierras a las que amaba entrañablemente, se consideraba un panameño más. Su labor sacerdotal la desarrolló en las parroquias de Las Lomas-Chiriquí, Tolé y, más tarde, las de Gualaca y San Martín de Porres. De David pasó a Chiriquí y durante su permanencia en dicha ciudad dedicó parte de su tiempo, como capellán y profesor, en el colegio de Nuestra Señora de los Ángeles.  El día 20 de julio de 1963 inició el programa radiofónico "Llaman a tu Puerta" (Ondas Chiricanas), que dirigió durante 9 años. En 1969 se matriculó en el ICLA-MANIZALES (Instituto Catequético Latinoamericano, del CELAM) especializándose en catequesis y pastoral. 

          Cuando en 1971 la Provincia de Aragón decide ampliar el trabajo pastoral de la casa de Panamá, el P. José Martínez asumió la dirección de la parroquia de Santiago Apóstol, en la capital, pasando, un año después, a la parroquia de Las Cumbres-Alcalde Díaz.  Fue superior de las casas de David y Panamá, maestro de novicios, presidente de la FEPAR (Federación Panameña de Religiosos), director diocesano de catequesis de la Diócesis de David y Asesor diocesano del movimiento de la Renovación en el Espíritu Santo. Regresó a España y estuvo un año de experiencia pastoral como párroco encargado de la parroquia de Almendricos cerca de Almería de la diócesis de Murcia. Una vez vuelto a David prosiguió con su ministerio habitual, alternado con la escritura de varios libros dedicados tanto a la presencia de los dominicos en Panamá en tiempos de la colonia española, como la desarrollada por los dominicos de la Provincia de Aragón en tiempos contemporáneos; amén de una obra de teatro dedicada a ser representada por los jóvenes de su parroquia.

          Vuelto de nuevo temporalmente a España, residió un año en el Convento de N. P. Sto. Domingo sito en la calle de Los Vergós en Barcelona, tiempo en que acertaron con el tratamiento más adecuado de una enfermedad: Miastenia Grave que se le diagnosticó en Panamá y que le acompañó a lo largo de los últimos veinte años de su vida. Tras pasar algunos años en el Convento de Manacor, en el año 2008 fue asignado al Real Convento de Predicadores de Valencia, del que fue nombrado Subprior, oficio que ejerció durante dos prioratos, dedicándose a la pastoral en la Basílica de S. Vicente Ferrer, a escribir la biografía espiritual del P. Antonio Dobaño, y contribuyendo a la formación de nuevos dominicos, cuando el convento pasó a ser casa de formación.

          Por último, a partir del año 2013 fue Vicario del Prior en la Casa Natalicia de S. Vicente Ferrer, donde se granjeó la amistas del mundo vicentino que frecuentaba dicha casa y donde fue escribiendo el manuscrito de su último libro: una Historia de su Pueblo Ribera de Molina. No solo al Miastenia fue minando su salud, sino el corazón y los pulmones también comenzaron a “avisar” en los últimos años, de todo el desgaste sufrido.

          A sus 84 años entregó su espíritu al Señor, después de una vida llena frutos ministeriales y de una gran humanidad repleta de alegría, habiendo cumplido su deseo de ser enterrado con los suyos en el pueblo que le vio nacer y que se volcó en el funeral “corpore insepulto” concelebrado por los frailes de las Comunidades de Valencia, Murcia y Madrid; el Párroco de Ribera, sacerdotes paisanos suyos y presidido por expreso deseo del Prior Provincial por el fr. Juan Mengual, con quien compartió tantos años de fructífero ministerio por tierras panameñas y al que le unía una entrañable amistad. El Padre Pepe fue siempre de un carácter extremadamente comunicativo, de fina psicología para captar el fondo de las personas, humilde, sin que nada de ello le impidiera mantener una pizca de socarronería irónica heredada de su huerta murciana, y que no estuvo reñida con su serenidad espiritual y su profundo sentido pastoral dado a la comprensión y acogida de las personas que acudieron a él.

          Que descanse en paz e interceda por todos nosotros.