Fray Gregorio Álamo Ortega, nació en el pequeño pueblo vallisoletano de Esguevillas de Esgueva el día 17 de noviembre de 1932. Después de los primeros estudios en su pueblo, ingresa en la escuela apostólica de Corias, iniciando así su camino como fraile dominico. En este convento de Palencia, hace su noviciado en agosto 1955 que concluye emitiendo su primera profesión religiosa el 19 de agosto de 1956, pasando al Estudio General de Filosofía de las Caldas de Besaya (Cantabria) y allí permanecerá tres años. En el año 1959 iniciará sus estudios institucionales de Teología en la Facultad de  Teología de San Esteban de Salamanca donde se ordenará de sacerdote en el año 1962.

Dos años más tarde será asignado al convento noviciado de Caleruega, donde compaginará su labor docente en el colegio de la Dominicas de Aranda de Duero con la labor de bibliotecario.

En el año 1969 es destinado a la casa de San Vicente Ferrer en Santa Cruz del Seybo (República Dominicana) en la que será el superior y el párroco, desarrollando una intensísima actividad entre las comunidades sencillas y pobres de aquel país hasta el año 1975 en el que regresa y se incorpora como director espiritual y educador en la Universidad laboral de Córdoba encomendada a los Frailes Dominicos. Son cinco años de trabajo en el mundo universitario y con los jóvenes con los que conectaba muy bien por su carácter alegre, risueño y bondadoso.

Pero será en este convento de san Pablo de Palencia, donde encontrará durante 25 años su verdadera pasión y vocación como predicador itinerante a ejemplo de Nuestro Padre Santo Domingo. En el año 1980 se une al grupo de dominicos encargados de la “Campaña de Oración de familia” propagando la devoción y el fomento del rosario por toda España. Recorrió los más lejanos pueblos, parroquias, comunidades religiosas, hogares de ancianos, etc., acompañado siempre de su equipo de cine para extender esta oración mariana con tanto sabor dominicano, todos conocían al fraile “rubio” de las películas del rosario. Este apostolado lo compaginó con la predicación de misiones acompañado de otros frailes de la Comunidad, predicaciones de novenas en los más distantes pueblos de nuestra patria, sin desatender las actividades de la propia comunidad en la que fue consejero conventual, delegado de la pastoral juvenil y sacristán.

La última etapa de su vida activa, desde el año 2006 al 2013,la pasó, como capellán en el Monasterio de Santa María la Real de Medina del Campo de la Madres Dominicas en las que dejó un profundo sello de espiritualidad de y abnegada actitud de servicio a sus hermanas contemplativas. En la Semana Santa del 2013  su salud comienza a resentirse y es trasladado a la enfermería provincial de Villava (Navarra) para ser atendido adecuadamente de sus dolencias. Allí sigue siendo el mismo fraile jovial que gozaba siempre de buen humor y lo transmitía a cuantos lo rodeaban, aceptando la enfermedad con serenidad y alegría, dejando un grato recuerdo en cuantos lo cuidaron hasta el final de su vida, acaecida el día 15 de junio de 2016.

Que nuestra Madre del Rosario, por cuya devoción tanto trabajó, lo presente ante el Padre Misericordioso y pueda gozar de la gloria del cielo junto con Nuestro Padre Santo Domingo y todos los santos.