La Patrona de Cádiz y su 150 aniversario
8 de enero de 2017Cuando Fray Félix de Cádiz cambió su austero sitial de fraile capuchino por la sede episcopal gaditana convirtiéndose en el Excelentísimo y Reverendísimo señor Obispo don Félix María de Arriete y Llano, las cosas iban mal en España. Tanto que ya se estaba incubando la revolución que había de derribar del trono a Isabel II y ensangrentar las calles de Cádiz en diciembre de 1868".
Con estas palabras comenzó Bartolomé Llompart, uno de los mejores hacedores del Diario de Cádiz, su columna Entre Nosotros y su artículo Cien años de relicario del día 2 de octubre de 1967.
Las palabras primeras las completa él con las siguientes: "aún en época tan poco propicia para las exaltaciones religiosas, el buen fraile-obispo, con la santa terquedad de los varones de Dios, incluyó en su programa pastoral convertir en realidad el patronazgo canónico de la Virgen del Rosario sobre Cádiz, cuyas gestiones, lentas y laboriosas, no habían dado el resultado apetecido, por más que representasen un anhelo latente durante más de dos siglos en el alma popular. Pero Fray Félix llevaba bajo la púrpura episcopal su viejo sayal de frailes porfiado, de esos que el refrán dice que terminan sacando mendrugo y con ocasión de ir a Roma para asistir al centenario de los Apóstoles y glorificación de los Mártires del Japón, incluyó ilusionadamente en su valija este santo empeño. Y allí anduvo trámites, agotó antesalas y se mostró tan firme y porfiado que a su vuelta se trajo para Cádiz el rescripto pontificio en que Pio IX con fecha 25 de junio de 1867, concedía al fin el patronazgo!".
El título de su columna Cien años de relicario es, ya veis, una explicación exacta del origen del patronazgo de la Virgen del Rosario sobre la ciudad de Cádiz, de las razones que movieron entonces a todos los gaditanos para proclamar a la Virgen Patrona y como, como colofón de aquel junio de 1857, en mayo de 1967, otra vez la ciudad, movida ahora por el mismo cariño de siempre y con la alegría que Gitanilla del Carmelo supo reflejar en aquellos dos sonetos, nombró a la Virgen del Rosario Alcaldesa Perpetua de Cádiz: "¡Alcaldesa de Cádiz! ¡Qué bien suena!" y aquel 27 de mayo terminó también la jornada de gloria que aquel 4 de mayo de 1947 vivió Cádiz en la Plaza de San Antonio cuando coronó con corona de oro y de amor inmenso a la Virgen del Rosario.
Este año 2017 no puede ser más hermoso. Se cumplirán en junio 150 años de su Patronazgo Canónico sobre nuestra ciudad. Una ocasión magnífica para que los ojos y el corazón de todos los gaditanos confluyamos en mirar a la que siempre ha sido Bandera de Cádiz, Madre común, Alma de la ciudad, Modelo de gaditanía y Orgullo de nuestro pueblo.
Don Bartolomé concluía su columna diciendo "sólo resta pedir a Dios que España y Cádiz perseveren en su fervor mariano para que dentro de otro siglo, cuando en el año 2067 se conmemore el segundo centenario, la ciudad pueda proclamar de nuevo su lealtad innata, afirmando que, también en esto, Cádiz, fiel a los principios que ha jurado, sigue reconociendo como Madre y Patrona a la Santísima Virgen del Rosario Coronada".
Creo que este ciento cincuenta aniversario lo debemos celebrar sobre todo porque a nosotros la Virgen del Rosario, y lo que Ella es para Cádiz, nos hace mucha falta, ahora más que nunca y celebrar este siglo y medio nos ha de venir como agua de mayo. Recuperar lo que nos une, afianzar lo que nos conmueve y reconstruir lo que más queremos no hace daño a nadie, no es ni antiguo ni moderno, es ser bien nacidos agradeciendo lo que tenemos por gracia. Que este 2017 que abre las puertas de tanto gozo para la Diócesis, para la Ciudad y para todos los que en ella hacemos vida y camino, tenga como estrella a la Madre Común que con el Rosario en sus manos nos ata y nos une hasta que a Cádiz se lo lleve al Cielo.
Fr. Pascual Saturio Medina
Fuente: Diario de Cádiz