En el proceso de renovación temática y metodológica experimentado por la Historia, los estudios sobre las mujeres han cobrado especial protagonismo y entre ellos destacan las investigaciones sobre su religiosidad y espiritualidad. Tanto que, en algunos casos, el pasado de las monjas –sobre todo en los siglos en que abundó esa forma de vida– es conocido casi mejor que el de los frailes. Sin embargo, no ocurre lo mismo con las dominicas, fundamentalmente en los territorios de la antigua Provincia de Aragón y de manera especial en el ámbito valenciano. Su memoria escrita quedó desperdigada –cuando no arrasada– a causa de los desastres bélicos y las convulsiones políticas contemporáneas, que condenaron al olvido a los grandes cenobios monjiles aquí fundados por la Orden. El presente libro del profesor Emilio Callado Estela rescata al más antiguo de tales establecimientos: el Convento de Santa María Magdalena, fundado en Valencia inmediatamente después de la Conquista de Jaime I hacia 1240, pero incorporado a la Orden en 1286, y en pie durante seis largos siglos, a los que puso fin la exclaustración de 1836.