Como una boda que empieza
12 de enero de 2016
El momento más interesante de este último día de trabajo de todos los vocales ha sido el coloquio fraterno que, por iniciativa del Prior Provincial, se ha dedicado a que cada uno pudiera libremente expresar su parecer sobre la nueva Provincia. Ha sido un momento de sinceridad, en el que los hermanos han expresado libremente sus miedos e inquietudes, pero también han manifestado sus esperanzas e ilusiones. Un capitular ha descrito el nacimiento de la nueva Provincia con estas palabras: “la Provincia no es la tierra prometida, no es un momento final; es una boda que empieza”. En efecto, no hemos llegado, la meta quizás está aún lejos, estamos al inicio de un camino. Y ocurre como en una boda, en la que si los que deciden comprometerse lo hacen con seriedad y responsabilidad, tienen, cuando se acerca el momento, sus miedos. Pero también sus grandes proyectos e ilusiones que deberán desarrollar con paciencia durante todo el matrimonio. Otro capitular ha dicho que para ello “no era suficiente con estar disponibles, es necesario estar dispuesto”. Naturalmente: en teoría todos estamos disponibles, pero, a la hora de la verdad, lo importante es estar dispuesto, a veces con sacrificio, a dejar lo propio, para atender la llamada de los hermanos.
Como todos los días la jornada ha comenzado con el rezo de Laudes seguidos de la Eucaristía que hoy ha presidido fray Rafael Colomé, Prior Regional del Vicariato de América del Sur. Igual que el Señor escuchó el sufrimiento y la súplica de Ana (Samuel 1, 9-20), nuestra predicación debe hacerse eco del sufrimiento de las personas de nuestro mundo, y de modo especial del sufrimiento de las mujeres, a veces terriblemente marginadas en nuestras sociedades. En la escena de Jesús en la sinagoga de Cafarnaúm (Marcos 1, 21-28) podemos leer la necesidad que nuestra predicación tiene de acoger el mundo de la indiferencia religiosa. ¿Cómo acoger las inquietudes de un mundo que en gran medida no quiere tener nada que ver con Dios?
Hoy hemos terminado de aprobar los documentos preparados por las comisiones: el de la vida común fraterna, el de los Vicariatos y el de Gobierno. También la asamblea ha dedicado un tiempo a estudiar el documento-marco que introducirá las distintas orientaciones temáticas que el Capítulo ha tratado. Les ofrecemos en primicia un párrafo del borrador presentado a la asamblea, a la espera de que el definitorio dé su definitiva aprobación y forma a éste y al resto de los textos del Capítulo: “La Provincia ha celebrado su primer Capítulo Provincial en Caleruega. Aquí santo Domingo comenzó su historia y fue gestando su futuro. Aquí fue acogiendo la vida y sus misterios, y también la Palabra de Dios, pronunciada en lenguaje de amistad en la tierra y en el tiempo. Caleruega es lugar de sueños. Y en esta ocasión se ha convertido en oportunidad para nacer de nuevo y nacer a lo nuevo”.
La jornada ha terminado con una sorpresa. El P. Provincial, después de cenar, nos ha reunido en la sala capitular y, tras dar las gracias a todos los hermanos que han sostenido estos días la intendencia o infraestructura, nos ha comunicado que el definitorio había dado su consentimiento para que su socio fuera fray Francisco Rodríguez Fassio.
Mañana, con las monjas del Monasterio, tendremos la Eucaristía final de este primer momento del Capítulo. Será presidida por el Prior Provincial. El viernes, en Madrid, comenzará sus trabajos el definitorio, que “definirá” las actas que luego hay que enviar al Maestro de la Orden para su definitiva aprobación, tomará las decisiones concretas que se impongan y hará otros nombramientos. Seguramente, cuando hacia final de mes, acabe sus trabajos el definitorio podremos darles alguna información.
Desde Caleruega nos despedimos, al menos temporalmente, de las muchas lectoras y lectores que sabemos que nos han seguido. Qué Dios os bendiga a todas y todos.