"Sin compasión no hay cordura" (Ramón Éder)

La compasión es madre del arte. Consiste en escuchar: escuchar la materia, escuchar al otro, escuchar el misterio. Y luego dar el propio corazón, el corazón del artista, a todo lo no amado para hacerlo visible, para hacerle justicia.

Elena Laura escucha y es ése el secreto de su pintura. Sus lienzos son poemas pintados. No se detienen en el realismo; antes bien, muestran su fondo secreto: la misericordia, una epifanía que se abre gracias a las manos de los limpios de corazón.

El arte llamado a permanecer consiste en mirar más al fondo de nuestras contradicciones, a ese lugar en donde todos estamos buscando lo mismo: ser amados, concordar en lo común, comprender en un cuadro algo que sigue siendo incomprensible. La cordura consiste en saber que no estamos solos y el arte es la manera de recordárnoslo. Elena Laura nos entrega sus ojos como asidero moral, cordialidad pintada, especialmente en tiempos desacordes.

Texto de Antonio Praena

 

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