Francisco Coello de Portugal nace en Jaén (España) en 1926. Empieza sus estudios de arquitectura en la Escuela Superior de Arquitectura de Barcelona y los termina en la de Madrid en 1953. En 1954 ingresa en la Orden de Predicadores. Terminado el noviciado, en 1955, sus superiores le encargan la realización del proyecto para la edificación de un convento y un colegio-seminario menor en León. Terminada esta obra, recibe el encargo de construir un santuario dedicado a la Virgen del Camino y situado junto al colegio y el convento de León. Esta iglesia es considerada una de las obras más representativas de la arquitectura religiosa moderna en España.

Tras estas primeras obras será ordenado sacerdote en la capilla del convento de León que él mismo construyó. Inmediatamente después comienza a ejercer su profesión de arquitecto. En 1964 abre un estudio de arquitectura en el convento de Sto. Domingo el Real (Madrid).

A lo largo de toda su vida el P. Coello realizó unos 300 proyectos. Su obra abarca tanto nuevas construcciones como algunas restauraciones de edificios históricos. En las construcciones nuevas predominaron los edificios de carácter religioso, aunque también realizó proyectos de arquitectura civil. La mayor parte de su obra comprende la construcción de iglesias, conventos y diversos edificios para las obras apostólicas de la iglesia (colegios de enseñanza, residencias para estudiantes universitarios, residencias de ancianos, centros sociales, etc.). Su obra no se redujo al territorio español. El P. Coello trabajó también en Inglaterra, Venezuela, Puerto Rico, Curacao, Angola, Camerún, Sudáfrica, Corea y  Taiwan.

Siendo joven viajó varias veces (entre 1954-60) a Alemania. Allí tomará contacto con la obra de arquitectos como R. Schwarz, E. Stefan, Böhm y H. Baur, que influyeron en su obra. Su arquitectura está caracterizada por el predominio de la línea recta, la amplitud de espacios, la sobriedad decorativa y la luminosidad. Entre los materiales utilizados destaca el uso del hormigón, que en algunas de sus obras contrasta de manera radical con el entorno natural en el que están situados los edificios. Por esta razón, algunas de sus obras, como el colegio de Vista Bella (Tenerife), son calificadas por los críticos como obras de “arquitectura brutalista”.

El P. Coello es considerado el arquitecto más importante en el ámbito de la edificación religiosa en España de la segunda mitad del siglo XX. En su obra pueden apreciarse las huellas de la espiritualidad de la Orden. Habría que destacar la sobriedad decorativa que ayuda al creyente a centrarse en los elementos centrales de la celebración, como es la escucha de la palabra. Otro rasgo de la espiritualidad dominicana es el “realismo de la encarnación” por el que la realidad divina es una realidad que irrumpe en el interior mismo de la experiencia humana. Para los dominicos, Dios no es nunca una realidad superpuesta a la experiencia humana. Por eso, en la arquitectura del P. Coello la apertura a lo trascendente nunca es buscada mediante el recurso a elementos artificiales, sino que es resultado de la modulación del espacio natural. De esta manera, sus edificios sugieren una vía que permite al ser humano el encuentro con Dios y que no es otro que el de la modulación interior de su experiencia. Por último, la luminosidad de sus edificaciones conecta con el principio dominicano de la verdad. Dios es para los dominicos, luz y transparencia, que lejos de la oscuridad y la opacidad, alumbra, conforta y estimula nuestra vida.

Fr. Francisco Coello de Portugal falleció el 16 de agosto de 2013 en Madrid.

Fray Coello de Portugal, dominico y arquitecto

En 2001 la provincia de España y la Fundación Antonio Camuñas publicaron el libro "Fray Coello de Portugal, dominico y arquitecto".  La edición corrió a cargo de Esteban Fernández Cobián, un joven doctor arquitecto que presentó su tesis dedicada a analizar la arquitectura religiosa de los años 50 y 60. La obra cuenta con las colaboraciones de los dominicos  Domingo Iturgaiz, Miguel Iribertegui y José Luis Gago. El epílogo ha sido escrito por Javier Carvajal Ferrer, uno de los arquitectos más prestigiosos del país y que fue director de la Escuela Superior de Arquitectura de Barcelona.

Se puede adquirir en la Editorial San Esteban

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