50 años devolviendo la dignidad a las personas sin hogar
17 de diciembre de 2012Los primeros en intervenir fueron Ramiro Castrillo Martínez y Andrés González, que llegaron hace 42 años a la Fundación, explicando brevemente su experiencia a lo largo de estos años. Lamentaron la escasa formación con la que llegaron y la precariedad de las instalaciones. No disponían de financiación y Ramiro estuvo trabajando en el taxi y Andrés como profesor de instituto para subsistir. Reconocieron que al principio era una labor muy asistencialista, pero que poco a poco fueron dando pasos para mejorar en la atención y en las instalaciones. Valoraron positivamente la simbiosis de la parroquia, el albergue y la gente del barrio. Reconocieron que las personas a las que atienden son las que les han evangelizado, les han dado la fuerza para seguir trabajando durante estos años, y que a pesar de algunas experiencias duras, se consideran felices, porque han colaborado a devolver la dignidad a las personas.
El encargado de echar la vista atrás hasta los orígenes de la Fundación fue Etelvino González López. Él explicó los primeros pasos que dio el padre Manzaneque con el apoyo de vecinos que se implicaron en el albergue y en ayudar a la gente, de los que él fue testigo. Después de todos estos años considera que es una obra que ha crecido y se ha ampliado, pero que la anima el mismo carisma de servicio y de libertad que le imprimió su fundador en los orígenes.
Pedro Cabrera Cabrera, sociólogo y profesor universitario en Comillas, repasó lo que se ha hecho en nuestro país en relación a la pobreza y a la acción social desde los años 60 hasta nuestros días, centrándose en la atención a las personas sin hogar. Abordó los cambios en el modo de enfocar la realidad y cómo estos han ido generando respuestas diferentes que han cambiado desde un enfoque clínico, que trataba a la persona como un enfermo, hasta el actual enfoque que se ofrece desde el trabajo social, que tiene una visión más integradora de la persona.
El dominico Pedro Meca Zuazu, que ha sido trabajador social en el mundo de la noche de París durante muchos años, explicaba cómo debe ser la intervención social hoy en día, de modo que sirva para humanizar y dignificar a la persona. Señalaba que no podemos ver a las personas sólo como pobres, como carentes de algo, como necesitados, porque esto resulta muy limitador. Hay que atender a la totalidad de la persona, teniendo en cuenta que todos tenemos potencialidades y riquezas y que todos podemos aportar algo. De esta manera exhortaba a ir dando pasos en el diseño de proyectos de forma conjunta con ellos, no sólo para ellos, sino con ellos.
Los participantes en los programas de la Fundación también tuvieron su espacio mediante un manifiesto que ellos mismos elaboraron y leyeron. En él recogen sus vivencias, lo que les ha aportado el paso por los diferentes programas y algunas reivindicaciones de cara a la Fundación y a la sociedad en su conjunto, solicitando mejores centros, más adaptados y el fin de los recortes.
Ya dentro de la mesa institucional que cerraba la jornada conmemorativa, el actual director de la Fundación y también dominico, Antonio Rodríguez García, reconocía las dificultades actuales y que la crisis es un reto y un momento de mejora y de apostar por nuevas soluciones. Reconocía que en estos años de historia la Fundación ha sido muy creativa, dando origen a nuevas iniciativas que buscan mejorar la integración de las personas, pero que es ineludible mejorar las condiciones sociales y políticas que garanticen que toda persona tenga derecho a una vivienda y a una vida digna, y que no se vea obligada a vivir en la calle. Y también es necesario que todos nos comprometamos en la erradicación de este problema y que no nos conformemos solamente con gestionarlo.
El Provincial de los dominicos, Javier Carballo Fernández, reconocía la participación de la Familia Dominica en la Fundación, pues no sólo cuenta con la presencia de frailes, sino de hermanas y últimamente también de laicos. Recordó como en 1962, el año que se inició la Fundación, tuvo lugar también la canonización de San Martín de Porres, que fue una persona que acogía a los más necesitados en Lima. Señaló cómo hacer memoria supone hacer justicia; actualizar esa memoria y pedir perdón y agradecer. Por eso hay que hacer justicia a la labor desarrollada por Ramiro, Andrés y Antonio en estos años; reconocer el pasado y presente de la Fundación y la mirada que siempre tiene de cara al futuro; y pedir más compromiso, valentía y presencia como orden religiosa, y agradecerles a los tres por lo que nos han evangelizado al resto de dominicos.
En la mesa institucional también hablaron representantes del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, de la Comunidad de Madrid y del Ayuntamiento de Madrid. Todas ellas agradecieron el trabajo realizado en conjunto, el compromiso con la calidad y la puesta en marcha de iniciativas novedosas. Agradecieron el trabajo de Ramiro, Andrés y Antonio en estos años y expresaron su deseo de seguir colaborando y seguir contando con su apoyo.
En la Jornada se presentó este corto-documental sobre la Fundación realizado por eldiaFILMS y Juan David Fuertes Fotografía: