El fraile dominico Antonio Praena recogía este jueves por la tarde el premio Gil de Biedma que entrega anualmente la Diputación Provincial de Segovia. Lo hacía de manos de la presidenta de las Cortes de Castilla y León, Silvia Clemente y del presidente de la Diputación de Segovia, Francisco Vázquez por Historia de un alma, que ha sido seleccionada entre las cerca de mil obras que se presentaron al concurso.

Un libro sin poeta

  Durante la entrega de galardones Praena agradeció al jurado que haya apostado por un libro escabroso y arriesgado “que busca en cierta manera provocar y que deja en las manos del lector la última palabra. Es un libro sin poeta, y el personaje que lo habita profesa los valores o antivalores que yo no tengo”.

  Para el dominico el último reto de esta obra fue retirar al poeta, para que no hubiera ningún juicio moral: “Si algo hay de social en este libro es que no pretende situarse en un plano de superioridad moral, decir lo que está bien o lo que está mal, desde ningún postulado, ni religioso, ni ideológico; sino simplemente actuar como fingidor: el poeta es un fingidor”.

  El poeta destacó que la poesía no tiene que convertirse en prensa amarillista: “Muchas veces tampoco hay que dar cuenta de la integridad de la profundidad. Si la palabra busca decirlo, encuentra su camino”.

El poeta dominico Antonio Praena recita ‘Historia del un alma’ en la entrega de premios

  Para Francisco Vázquez, presidente de la Diputación, Antonio Praena ha creado un libro salpicado de contrastes, “en el que se mezcla, aunque con matices, lo mundano, el camino sin retorno e incluso el hedonismo, pero al final teñido de una determinada mística que termina por dar sentido al conjunto de su trabajo”.

  El presidente de la Diputación y del jurado dijo sobre Historia de un alma que “quizás, una mirada apresurada de sus textos nos pueda hacer pensar que estamos ante un nihilista existencial, sin embargo, late en el poemario una dosis de espiritualidad que hace que la obra de Antonio Praena sea poliforme y que los matices se conviertan en fundamentales para su comprensión, y es en esta complejidad y heterogeneidad donde radica su brillantez”.

Un teólogo desgraciadamente muy insólito

  Gonzalo Santonja, coordinador del premio, describió a Antonio Praena como “un teólogo desgraciadamente muy insólito, porque los teólogos, al menos los que yo conozco y los que yo leo, suelen mirar más hacia atrás que hacia el futuro. Y aquí nos encontramos con un diálogo que está plena y comprometidamente instalado en la modernidad en puntas”.

  El premio Gil de Biedma está considerado como uno de los más importantes a nivel internacional de la poesía en lengua castellana. Rinde tributo a la obra del gran poeta Jaime Gil de Biedma, cuyos orígenes y biografía están estrechamente vinculados con la localidad segoviana de Nava de la Asunción.

  El jurado premió con el accésit, la obra Pozo de silencio, del mexicano Humberto Saldaña.