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Bendición de la imagen de San Francisco Coll en la Iglesia conventual de nuestro convento de Barcelona

10 de marzo de 2013
Bendición de la imagen de San Francisco Coll en la

Las Hermanas de la Anunciata de la Provincia de San Raimundo de Peñafort, donaron generosamente la imagen al Convento de Santa Catalina de Barcelona y han trabajado laboriosamente para que el acto resultara como se quería y se merecía. La imagen ha sido realizada por el escultor D. Francesc Carulla en madera policromada; el escultor estuvo muy presente tanto en su ubicación como en su preparación.

La eucaristía fue presidida por el P. Prior, Antonio García Lozano, O.P., al que acompañaron el Prior Provincial, la Comunidad y la comunidad del otro convento que tenemos en Barcelona, el de Santo Domingo de Guzmán. El grupo de Hermanas fue numeroso, encabezado por la Priora General, Hna. Natividad Martínez de Castro.

El P. Prior, en su homilía, comenzó ofreciéndo unos datos muy interesantes sobre la vinculación que tuvo S. Francisco Coll con el Convento de Santa Catalina. Resaltamos algunos: el 1 de abril de 1835 el Prior de dicho convento, P. Domingo Roma, pidió al Obispo que admitiera a Fr. Francisco Coll y dos hermanos más de Girona, a la recepción del diaconado. Delegado por él, fue ordenado por el Obispo de Montevideo. Pocos meses después, en julio, prendieron fuego a la iglesia y convento de santa Catalina. ¡Cuántas veces contempló el P. Coll aquel espacio convertido en 1846 en mercado!

El P. Coll, con su predicación en Santa María del Mar, a partir de 1853 y también en la iglesia de Montesión y de los Ángeles, continuó prolongando el apostolado de los frailes de Santa Catalina, y como buen hijo de Santo Domingo, la devoción a María, con la difusión del Rosario: “su libro y su todo”, frase que se recuerda de él. Fue el aliento de esta Cofradía del convento derruido, que pasó a instalarse en la iglesia de las monjas dominicas de Montesión y después en la de Ntra. Sra. de los Ángeles.

El P. Coll continuó su trato y comunión con los frailes exclaustrados de santa Catalina, y fue súbdito de ellos como Vicarios Provinciales para los exclaustrados en Cataluña, con el mencionado P. Roma (que le dio licencias para predicar y confesar, y le favoreció la fundación de la Congregación de las HH. Dominicas de la Anunciata, el 15 de agosto de 1856, nombrándole Director General de la Tercera Orden. A continuación hizo una breve y sentida semblanza del Santo.

Al final de la eucaristía se cantó el Himno al P:Coll y posteriomente las Hermanas nos ofrecieron un ágape, donde se completó patentemente la alegría, satisfacción y fraternidad dominicana.

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