El 11 de julio de 1965, fr. Miguel era ordenado sacerdote en Salamanca en las manos de Monseñor Mauro Rubio Repullés. Cincuenta años después, en esa misma fecha, la Basílica de Ntra. Sra. de Atocha de Madrid se llenaba para acompañar a fr. Miguel en sus bodas de oro sacerdotales, una vida de entrega al pueblo de Dios. En la celebración estuvo acompañado por su comunidad de Atocha y frailes de otros conventos de Madrid; fieles de la parroquia de Ntra. Sra. de Atocha, miembros de la Cofradía de la Virgen de Atocha y de la Fraternidad Laical (a cuyo servicio estuvo durante muchos años como Vicario Parroquial y Director); así como familiares y amigos.

          Fr. Miguel finalizó su homilía poniendo en manos de Dios todo el trabajo realizado durante 48 años en los que ha estado al servicio del pueblo de Dios en la casa de la Virgen de Atocha: “Doy gracias a Dios por tantas cosas que me ha dado, le pido que me deje seguir corriendo hasta que complete la carrera”.

    Tras la celebración Eucarística, los asistentes tuvieron la oportunidad de felicitar a fr. Miguel en el ágape organizado en el patio de la Basílica.

         Unos días después, fr. Miguel recibió el homenaje del mundo taurino, al cual ha estado siempre vinculado. El Círculo Taurino Amigos de la Dinastía Bienvenida, del que es capellán, organizó un acto en el Café Gijón, donde estuvieron presentes su Junta Directiva, socios y amigos. Al final del acto de homenaje, se le hizo entrega de una placa conmemorativa agradeciendo la atención pastoral a la asociación durante muchos años.

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