Entrevistamos a fray Ángel Fariña, O.P., (Arafo, Tenerife, 1978) licenciado en Teología Pastoral, profesor de ESO y Bachillerato de Religión en el Colegio Nuestra Señora de Atocha FESD de Madrid, y el actual párroco en la Real Basílica de Ntra. Sra. de Atocha. Ha desempeñado su ministerio de predicación previamente en Zaragoza, Valencia y Sevilla. Colabora con la columna de La Llama de Jóvenes Dominicos y lanza a diario en las redes sociales una reflexión actualizada y contemporánea desde el evangelio de cada día desde el proyecto Buen rollito, familia.

¿Qué es Buen rollito, familia?

  Es un pequeño comentario al evangelio del día. Su "principal" característica es que se intenta hacer sin usar términos religiosos. Sin embargo esto no es una norma rígida a cumplir, en tanto que hay "rollitos" en los que el lenguaje religioso está de principio a fin. Lo primero que aparece siempre es la cita del evangelio. Con esto lo que se pretende mostrar es que el origen de ese pequeño comentario está en la Palabra de Dios que es lo que le da su verdadera razón de ser.

¿Cómo y cuándo surgió la idea?

  Esto surge en los años en que estaba realizando los cursos para la licenciatura en Teología Pastoral (2014-2015). Con dos compañeros de clase pusimos en marcha -para nuestro desarrollo académico- lo que denominamos "teología de la cerveza". Esto es fácil de explicar: en torno a unas cervezas surgió la idea de hacer comentarios a los Evangelios sin utilizar términos religiosos. Ahora bien, sin perder "rigor" académico y que nos hicieran pensar para que a su vez, una vez escrito, hiciera pensar. Porque en realidad ese es el objetivo: partiendo de la Palabra de Dios y leyendo un pequeño comentario, surjan cuestiones y preguntas sobre lo humano y lo divino; sobre lo bueno, lo bello y lo que no lo es tanto. Preguntas que nos hagan parar unos instantes para que las respuestas que demos nos hagan ser cada vez más.

¿A quién va dirigido?

Vamos a dejar a Dios, ser Dios

  Esto va dirigido a toda persona que lo quiera leer. El "rollito" llega a creyentes y no creyentes de diferentes edades. Lo lee mucha gente mayor, pero también mucha gente joven. Es cierto que cuando se inició el destinatario principal -o al menos era lo que se pretendía- era aquella persona indiferente hacia lo religioso. Que algo cuyo origen es religioso, cuestionara al indiferente. Aquí puede surgir la siguiente pregunta: ¿para qué? y la respuesta que se me ocurre es: vamos a dejar a Dios, ser Dios.

 

 

 

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¿Por qué canales se difunde?  

  Las redes sociales se han convertido en un medio imprescindible para la predicación. Así pues "el rollito" aparece en Instagram y en mi cuenta de Facebook particular. Pero como más se difunde es por medio de WhatsApp y stories de amigos y amigas que, a su vez, reenvían a otras personas. Es cierto que también me han animado a publicarlos en un libro. Esto me parece todo un reto y un desafío del cual no sé si estaré a la altura. Pero he de confesar que la idea me ilusiona mucho y quién sabe si algún día pueda aparecer una publicación donde se recojan todos estos pensamientos, todos estos "rollitos".

  Por último decir que estos pequeños pensamientos que escribo ponen de manifiesto mi vocación. Sí, ponen de manifiesto mi amor por la Palabra de Dios y la pasión de transmitirlo a los demás.