Celebración de promesas solemnes en la Fraternidad Dulce Nombre de Jesús (Jaén)
9 de mayo de 2013Un año más, las hermanas dominicas contemplativas del Monasterio de la Purísima Concepción, en Jaén, ejercieron de anfitrionas de una de las fiestas más entrañables que tiene la Orden: la Fiesta de la Rosa en honor de la Santísima Virgen María, Nuestra Madre del Rosario. Toda la Familia Dominicana presente en la ciudad del Santo Reino y aquellas personas que cotidianamente se acercan a nuestras casas de predicación pudieron compartir la alegría de sentirnos hijos de Dios y de María en el día de la madre.
Pero no fue como un año más. En esta ocasión, en una iglesia presidida por la imagen de Ntra. Madre la Virgen del Rosario, rodeada por Ntro. P. Sto. Domingo y Sta. Catalina de Siena, y henchida de rosas, la Fraternidad Laical de Santo Domingo tenía la gran dicha de que tres de sus hermanos hacían las promesas solemnes. Dña. Isabel Marcos Antoñana OP, Dña. Isabel María Pérez Marcos OP y D. Juan Jesús Pérez Marcos OP manifestaron públicamente ante fray Francisco Rodríguez Fassio OP -vicario del Promotor Provincial de las Fraternidades de Bética- y D. Cristóbal Arellano OP -Presidente Provincial de las Fraternidades de Bética- que querían vivir su fe cristiana durante toda la vida según la vivió Nuestro Padre Santo Domingo de Guzmán. Fue emotivo el sentimiento y el apoyo que mostraron con su presencia las Fraternidades de Torredonjimeno y Córdoba, además de las oraciones y felicitaciones de las Fraternidades de Bética y algunas de España que conocieron de la noticia y del Promotor General del Laicado fray David Kammler OP; asimismo, fraternal fue también el afecto mostrado por la Cofradía de la Virgen del Rosario y la Hermandad Dominicana de nuestro Padre Jesús de la Piedad y María Santísima de la Estrella, ambas de Jaén y con sede en el monasterio.
Como colofón, previo a la bendición de las rosas ofrecidas en la eucaristía y la entrega de las mismas a los fieles asistentes, la Fraternidad de Jaén explicó por qué adoptaba el sobrenombre del “Dulce Nombre de Jesús” y la comunidad de hermanas contemplativas regalaba el uso de una pequeña imagen del Niño Jesús que lucía sobre el altar. El origen está en que, aunque el motivo de pasar a ser llamados Fraternidad Laical de Santo Domingo del “Dulce Nombre de Jesús” está muy contextualizado en nuestra sociedad de hoy, en la cual se vive una fuerte descreencia cristiana y una adulteración de la fe en Cristo, conllevando que los cristianos busquen fuera de su Casa lo que tienen dentro y que otros se pierdan en falaces filosofías, esta Fraternidad ha concretado su apostolado en la misión pontificia que el Papa Gregorio X, en 1274 -II Concilio de Lyon-, en su celo de luchar contra la blasfemia, encomienda a los Dominicos con la Bula Constitución Numperim: predicar el Santo Nombre de Dios promoviendo que los fieles vuelvan su corazón a Jesús. Esta misión se concreta aún más si puede en Jaén, ciudad relicario del Santo Rostro de Cristo.