Organizadas por D. Gonzalo Blanco y D. Avelino Seco, del Foro de Montesclaros, han tenido lugar del 17 al 20 de julio, en la hospedería y el convento unas jornadas teológicas. A la convocatoria respondieron 48 personas que siguieron las ponencias y actividades con sumo interés.

  Xabier Pikaza disertó sobre Dios y Mamon y la búsqueda cristiana de una sociedad no hipotecada al dinero como valor absoluto e idolátrico. Glosó la alternativa neotestamentaria del sermón de la montaña en  Mateo y recordó cómo Jesús supo aprovechar una grieta del sistema: la grieta del templo.

  En su segunda intervención planteó la denuncia profética del Apocalipsis como clarificadora de los conflictos entre el dinero y la justicia.

Nuestras culturas han vivido siglos de olvido

  Manuel Reyes Mate tuvo también dos ponencias. En la primera abordó la memoria del sufrimiento como enriquecimiento de un modo de hacer historia objetivo pero desentendido de las víctimas.   En la segunda ahondó en las dificultades de Occidente para integrar la mirada de la memoria en la comprensión histórica, una necesidad histórica porque nuestras culturas han vivido siglos de olvido. La memoria tiene que ver con la verdad y justicia pero también con el hecho de repensar nuestro tiempo teniendo en cuenta la memoria de la barbarie pasada. Una barbarie que se desea no repetir. En este deseo está la clave del acierto de las leyes de la memoria histórica: el objetivo último de la memoria debe ser la reconciliación, la no repetición, el nunca más.

  Ana Rosetti, cuya intervención tituló “No somos ángeles, tenemos cuerpo” (Teresa de Jesús) estuvo precedida por la proyección de la película “Teresa” (de Lisieux). Con la frescura y la profundidad poéticas se adentró en la necesaria recuperación del cuerpo humano escapando de las mistificaciones y cosificaciones a las que le hemos sometido. Fue la mirada y la palabra refrescantes de una mujer que reflexionaba sobre nosotros, nuestra verdad y no nuestras apariencias.

La teología feminista como una innovación social en el panorama teológico

  Monserrat Escribano fue la segunda voz que abordó la aportación de la teología feminista a una visión sobre Dios y la Iglesia. Desentrañó en su primera intervención la teología feminista como una innovación social en el panorama teológico capaz de transformar la vida eclesial. Se trata de un proyecto político y práctico que busca el Reino y reforzar los espacios democráticos. Por otra parte, desarrolló algunas reflexiones sobre la neuroteología. Ayudó a pensar qué pueden hacer las teologías, cuáles pueden ser sus propuestas críticas frente a algunas de las propuestas que hacen las neurociencias y las llamadas ciencias de la vida.

  Una mesa redonda en la que participaron X. Pikaza, Monserrat Escribano y Evelia López, sobre el rostro femenino de Dios y el feminismo como factor de cambio social.

  Las ponencias fueron complementadas con tres paseos vespertinos: uno a la iglesia rupestre de Santa María de Valverde, su centro de interpretación, y el museo etnográfico de D. Julián Berzosa, otro a algunas iglesias románicas del entorno y un tercero a los restos prerrománicos de la iglesia de Montesclaros.

  Las noches estuvieron dedicadas a la Espiritualidad y el arte (Isidro Cicero), la presentación musicalizada de algunos poemas de Pedro Casaldáliga (Marisa Moratinos y Paco Bermúdez).

  La calidad de las ponencias y sus complementos, la fácil y grata convivencia de los participantes, la acogida y el acompañamiento de la comunidad de Montesclaros y de la Fundación San Martin de Porres, lograron una experiencia magnífica y el deseo de continuidad.