"El por qué de la vida y el sentido cristiano de la muerte". Concluyen las XLIX Conversaciones de San Esteban
15 de febrero de 2021Las Conversaciones de San Esteban han concluido, por este curso, su edición número cuarenta y nueve. La situación de pandemia que se está padeciendo como humanidad, marcaron tanto la temática como el alcance que esta iniciativa solía tener. Las transmisiones semanales, a través de las redes sociales, en directo (streaming), acercaron esta valiosa y prestigiosa iniciativa de diálogo entre la fe y la cultura, a personas de distintos países y continentes.
Reflexión de Enrique Valdeón
Una sombra y un vacío han acompañado estas Conversaciones de San Esteban, cuyo título era: “Sobre la vida, la enfermedad, la muerte y Dios”, el motivo: la pandemia (el COVID 19). Sombra a la que, gracias a la calidad y profesionalidad de los conferenciantes que han indagado en el misterio de la vida humana y sus limitaciones, ha aportado luz y caminos claros para afrontar estos momentos, estos tiempos, donde la enfermedad y la muerte se han cebado con personas cercanas, amigos, familiares, … Y vacío que, a lo largo de las diez charlas, que formaron el contenido de estas Conversaciones, dejó desolado esa aula magna del Claustro de Reyes del Convento de San Esteban, qué a lo largo de las cuarenta y ocho anteriores vibró de calor y vida. Pero el milagro o los nuevos tiempos de la tecnología y redes sociales saltaron al espacio y fueron muchas las personas que las siguieron con interés, con preguntas, opiniones, dudas e interrogantes.
La salud y sus profesionales, inmersos en un trabajo desbordado y con toma de decisiones rápidas; la afectividad y soledad de unos mayores, internados en residencias, tratados con el mimo de trabajadores con un carisma heredado de San Camilo; conocer otras pandemias que han afectado a la humanidad a largo de la historia; el drama familiar ante esta situación tan atípica y su repercusión en la economía; máscaras y mascarillas mentales, una nota de optimismo para afrontar estos tiempos; el final de la vida, los cuidados paliativos, la eutanasia, la muerte digna y Dios frente al susurro de la serpiente han sido los temas que llenaron de luz y ocuparon estos coloquios que tuvieron vida, pasión, fuerza y poder, que más allá de la voz llegaron al mismo corazón de los que tuvimos la suerte de participar en estas Conversaciones.
Cada martes, a las 20 horas, tardes en América y noches en España, tuvieron lugar estas charlas con la puntualidad de la Campana grande de San Esteban (Sofía).
A fray Rodrigo, experto en nuevas tecnologías audiovisuales, que hizo posible esa maravilla de llevar la palabra del conferenciante a nuestros hogares y a fray Ricardo coordinador de este evento tenemos que darles las gracias. Habéis superado un gran reto, una experiencia nueva, arriesgada, sacar la palabra del calor, de la presencia y de la estancia de esa aula magna, y sustituir ese espacio sagrado por unos despachos ubicados en domicilios particulares, ha merecido la pena y a las pruebas me remito por el número de audiencia de las personas que lo han seguido y los debates y diálogos que se mantenían al finalizar cada conversación.
Esperamos con ganas e ilusión las Conversaciones número L (cincuenta), medio siglo que de forma ininterrumpida ya se han hecho populares: los martes de San Esteban. Nos han adelantado que los temas van a girar en torno a ese lema que acompaña a escudos e insignias de la Orden: Veritas, la verdad, recogido del texto de San Juan 8,32 “la verdad os hará libres”. El papa Clemente IV en 1266 define a la Orden de Santo Domingo como “la Orden guardiana de la Verdad”. No es mal principio para celebrar ese cumpleaños de madurez. Esperaremos con ilusión a los ponentes y sus contenidos. Es un tema apasionante para estos tiempos que corren donde la opinión, la palabra, los mensajes son tan oscuros, contradictorios y opuestos.
Suerte, que dirían en Salamanca, acierto y temple para estas próximas Conversaciones que esperamos. Acabo con un recordatorio: faltan tres años para que los dominicos celebren sus 800 de presencia ininterrumpida en esta ciudad. Gracias a la comunidad de San Esteban
Enrique Valdeón
(integrante del equipo organizador de Las Conversaciones de San Esteban)