¿Qué fue lo que movió la decisión de los dominicos de ir a misionar el Nuevo Mundo? ¿Quiénes fueron sus primeros expedicionarios? ¿Cómo se realizó su asentamiento en la isla y el inicio de sus actividades? ¿A qué respondía el célebre sermón pronunciado por Antonio Montesinos el 21 de diciembre de 1511? ¿Cuál fue su repercusión en el reino de Castilla y qué consecuencias tuvo para los frailes de La Española? ¿Cómo fue la predicación de Pedro de Córdoba a los nativos, recogida en su célebre catecismo “La doctrina cristiana”?

Fue la respuesta a estos interrogantes la que vertebró la conferencia del Prof. Ángel Martínez Casado. Conferencia con la que ha querido conmemorar el programa de las Conversaciones  el V Centenario de la llegada de los dominicos al nuevo continente. No hay que olvidar que varios de aquellos frailes que habían salido para fundar allí conventos y predicar la Palabra de Dios eran del convento de San Esteban.

Ahora bien, la tarea evangelizadora, sobre todo en sus inicios, resultó harto ardua y difícil. Aunque supieron afrontar las serias dificultades económicas con ejemplar austeridad, el mal gobierno de los colonos generó momentos de fuerte tensión no sólo con la población indígena sino también con los frailes por su valiente y tenaz defensa de los derechos de los indios. La insaciable sed de lucro y las condiciones de servidumbre impuestas a la población local no era el sistema más adecuado para conciliar culturas y mentalidades tan distintas. El proceso, con sus ambigüedades, fue largo y complejo.

Parte de aquella isla, la actual Haití, reclama hoy con urgencia nuestra ayuda para todos los damnificados por el terremoto. Son también hombres y mujeres como nosotros. El grito de aquellos primeros evangelizadores dominicos sigue resonando entre nosotros. Hacer memoria significa hacer hoy nuestro su compromiso.