«El Evangelio en una sociedad laica»
3 de enero de 2025En plenas Navidades, a punto de acabar el año, y con el frío típico de la época. Hasta tres grados bajo cero, pero eso no fue impedimento para que quince personas decidieran reunirse en Caleruega, en la Casa de Espiritualidad Santo Domingo, para hablar sobre el libro de fray Jesús Espeja y fray Jesús Díaz Sariego, provincial de los Dominicos: “El Evangelio en una sociedad laica”. Un encuentro dirigido por los dos teólogos en el que se habló y se meditó sobre la situación de la Iglesia y de los creyentes, con muchas preguntas, con debate y con reflexiones.
Las referencias a Santo Tomás de Aquino y al Concilio Vaticano II fueron continuas. Con ellas empieza cada capítulo del libro. El encuentro comenzó con una pregunta: “¿Dónde nos encontramos?”. Nos situamos en el mundo actual, en la búsqueda de Dios en nuestra realidad, en abrir nuevos caminos, en meditar sobre nuestra Iglesia en una sociedad cada vez más laica, más individualizada y en la que se escucha poco. Y es necesario escuchar. Sobre ello habló con insistencia Díaz Sariego: “Tenemos que tener más capacidad de escucha, una escucha comprometida”. La experiencia de la fe nos educa en la escucha, y nos quita vendas, añadió. Lo importante es hacer el camino.
Otro de los capítulos importantes fue el titulado “Cómo ser uno mismo: la tarea moral”. Un capítulo en el que se habla de la libertad del cristiano, que no es un ácrata, sino una persona libre ante ritos y normas, que necesita un crecimiento para buscar libremente, y por amor, el bien común. Jesús Espeja insistió en que el Evangelio se tiene que vivir en comunidad, conecta a todas las personas. Es la fraternidad universal, con la opción por los pobres, excluidos y marginados. La oración con Dios no puede ir sola. Se trata de construir fraternidad.
Especialmente interesante fue el tema sobre “La situación de la Iglesia en la sociedad española”. Una sociedad no muy optimista que digamos. Para muchos sectores hay cierta incomodidad. Hay nuevos movimientos que cuestionan a la Iglesia. Indiferencia, decepción, crisis en el mensaje, incluso no se comparte el discurso del papa Francisco. Existe un malestar entre los creyentes. A la Iglesia no se le perdona nada fácilmente, se le exige más. Y la Iglesia tiene que ser esperanza, tiene que volver la pasión por la misión. Hay que valorar lo cotidiano, se necesita un crecimiento interior. Eso es cosa de todos. El tema plantea muchas preguntas: “¿Qué está pasando en la comunidad de los creyentes? ¿Por qué no hay pasión por la misión? ¿Por qué la Iglesia está pasando a ser minoría? ¿Por qué el discurso de la Iglesia ha perdido interés?” Todas estas preguntas, y otras muchas, necesitan otro encuentro en Caleruega.
Patricia Rosety