Fray Alberto González Fuente nació en Montesclaros (Cantabria) el día 22 de septiembre del 1921. Sus padres fueron José y Clara. Su camino religioso empezó como apostólico en Las Caldas de Besaya hacia el 1931 y los dos últimos años en Corias (Asturias). En ambos lugares tuvo como profesores a los mártires tanto de Las Caldas como de Asturias. Comienza el noviciado en Salamanca en octubre del 1938, y en esa misma comunidad hará la primera profesión el 3 de octubre de 1939.

Realiza los estudios filosófico-teológicos en este mismo convento hasta el año 1946 en que es destinado a Roma para continuar sus estudios en Filosofía. El 3 de octubre de 1942 hace su profesión solemne y el 8 de julio de 1945 es ordenado presbítero en Salamanca.

En la Universidad Santo Tomás de Aquino (Angelicum), de Roma, realizó el doctorado en Filosofía, en la especialidad de Cosmología. De esta materia pasaría a ser profesor en nuestro Estudio de Filosofía de Las Caldas de Besaya el año 1948 hasta el año 1970. Desde ese año de 1948, el convento de Las Caldas pasa a ser su hogar pues sólo los dos últimos años de su vida, debido a la enfermedad, se vivió fuera de él.

En este tiempo fue en Las Caldas de Besaya, fundador, director y redactor de la Hoja "Nuestra Señora de Las Caldas" desde 1961 hasta 2010. Fue prior del convento en varias ocasiones, subprior, consejero conventual, bibliotecario, sacristán, administrador de la revista "Estudios Filosóficos", entre otras muchas tareas que en tan largos años le fue encargando la comunidad. A él le correspondió como Prior, en el año 1963, abrir el Proceso de Canonización de los mártires dominicos de Las Caldas y Montesclaros; y perteneció al tribunal de la Causa de canonización de los mártires cistercienses de Cóbreces (Cantabria).

También desempeño cargos fuera del propio convento, siendo consejero provincial durante dos períodos, socio en el Capítulo General de Madona dell’Arco, y miembro de la Comisión en Roma para la revisión de las Constituciones el año 1967.

En sus 62 años de vida en Las Caldas de Besaya fue muy querido y es recordado con inmenso cariño por muchos dominicos que asistieron como estudiantes a sus clases de Filosofía, por muchos laicos y numerosos matrimonios a los que bendijo en su boda. No hay rincón del Santuario de Ntra. Sra. de Las Caldas: iglesia, convento y aledaños, en el que el fray Alberto no haya dejado huella de su humanidad y dulzura de trato.

Con 91 años, el 29 de diciembre de 2012, entregó su vida en la Enfermería de Villava (Navarra) después de dejar Las Caldas dos años antes. Hoy al despedirle en este santuario de Ntra. Sra. de Las Caldas donde él oró tanto, podemos decir a María, “Madre, ahí tienes a tu hijo”. ¡Descanse en paz!