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Fallece Fr. Gregorio Martínez Martínez OP

28 de noviembre de 2014
Fallece Fr. Gregorio Martínez Martínez OP

El funeral tuvo lugar en el iglesia conventual del Convento de N.P. Santo Domingo en Torrente. Fue presidido por el P. Prior Provincial, Fr. Martín Gelabert OP, con gran asistencia de frailes y fieles que quisieron recordar su persona y su gran humanidad. Para leer la emotiva homilía pinchar aquí.

Fray Gregorio nació en Albarracín (Teruel) el 22 de octubre de 1944. Desde entonces disfrutó, en clima familiar, de un intenso contacto con el monasterio dominicano de San Esteban y San Bruno. Conoció a diferentes religiosos de la Provincia de Aragón, se abrió a la historia de la Orden de Predicadores en aquella capital de diócesis y admiró la memoria de un hermano cooperador hoy elevado a los altares. Del hoy Beato mártir José María Laguía Puerto O.P. hablaba frecuentemente con veneración.

A los 20 años de edad pidió ingresar en la Orden, hizo su noviciado en el convento de San Raimundo de Peñafort de Cardedeu (Barcelona) y profesó el 11 de diciembre de 1965. Dos días más tarde, el Prior provincial fray Jesús Azagra lo encaminó, el 13 de diciembre de 1965, al convento de Santo Domingo de Torrent.

En este convento ha transcurrido su vida religiosa. Desde su condición de hermano cooperador sirvió infatigablemente a los religiosos durante 49 años. Sus tareas lo mantuvieron en relación intensa con las ciudades de Torrent y Valencia, para todo cuanto necesitaba una comunidad numerosa, que en algún momento llegó al centenar de frailes. Por mucho tiempo ha desempeñado el oficio de Procurador conventual y coordinador de la Casa de Espiritualidad, hasta 2007 en contacto con las Hermanas Dominicas de la Enseñanza de la Inmaculada. Después, ha tenido que intensificar su dedicación a las tareas que llevaba entre manos.

Los miles de personas que han frecuentado la Casa de Espiritualidad, hoy renovada en sus instalaciones, han encontrado en fray Gregorio una cordial acogida. Se ha multiplicado para atender y prestar los apoyos necesarios a grupos de sacerdotes, religiosos, matrimonios, jóvenes, comunidades de vida cristiana, de la zona de Valencia, pero también de toda España y de otros países. Lo recuerdan con gratitud por su sencillez, alegría y abnegación. Así lo han manifestado ya algunos apenas ha corrido la noticia de su muerte, tras dos semanas de hospitalización.

¡Descanse en paz este buen hermano, amante de la Orden, de la Iglesia y de cuantos experimentaron su disponibilidad para la entrega generosa en bien de todos!

(Vito T. Gómez, OP)

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