Fallece fr. Juan Jordán Chauca, OP en Koribeni (Perú)
29 de junio de 2015Nace en Quillabamba el día 1 de junio de 1929. Sus padres fueron Julián y Valentina. Nació en lo que hoy es el edificio del Banco de la Nación, que en aquel tiempo era el hospital. Fue el segundo de siete hermanos, cuatro varones y tres mujeres. Su familia vivía en Paváyoc, porque su padre era trabajador de la hacienda.
Hizo sus estudios primarios en el Centro Educativo 701 y los terminó en la Granja de Misiones.
Al cumplir 18 años ingresa como postulante a la Orden Dominicana en la Granja de Misiones en 1947. Al año siguiente continúa su Postulantado en la Misión de Koribeni. El 16 de febrero de 1949 recibe el Hábito de la Orden e inicia su Noviciado como Hermano Cooperador en el Santuario de Santa Rosa de Lima. Terminado el Noviciado, el Superior Religioso lo considera aún muy joven para hacer la Profesión Religiosa y así el 16 de febrero de 1950 hace Profesión por tres años, pero en forma privada. Seguidamente va a su primer destino en la Misión de Santo Domingo de Chirumbia, donde permanece un año. Su siguiente destino es Quillabamba donde permanece dos años, 1951 y 52. En 1953 es destinado de nuevo a la Misión de Koribeni. Sale de Koribeni al año siguiente, 1954, para repetir el año de Noviciado, esta vez en la Granja de Misiones.
El 30 de enero de 1955 hace su Profesión Religiosa Simple, esta vez ya de forma pública, y regresa de nuevo a la Misión de Koribeni donde permanece por otros tres años hasta 1957. El 18 de marzo de ese año hace su Profesión Solemne en Quillabamba, consagrándose al servicio de Dios en la Vida Religiosa “hasta la muerte”. Sus siguientes destinos han sido: Sepahua 1958-59; Quillabamba 1960-63; Puerto Maldonado 1964; Shintuya 1965-69; Misión de El Pilar (Madre de Dios) 1969-79; Parroquia de San Juan Macías (Lima) 1979-80; Quillabamba 1980-87; Timpía 1988-2000.
El año 2001 es destinado de nuevo a la Misión de San José de Koribeni, donde permaneció hasta el día de hoy, 22 de junio de 2015, en que entregó al Señor una vida totalmente consagrada a su servicio y a la promoción de sus hermanos nativos, los más necesitados, en el Vicariato Apostólico de Puerto Maldonado.
Hoy damos gracias cumplidas a Dios nuestro Señor por la llamada que le hizo a Fray Juan, porque le ha fortalecido y acompañado durante todo este tiempo y porque nos ha regalado su vida y su personalidad de servicio. Y le damos gracias también a Fray Juan por su testimonio sencillo de vida religiosa, por su entrega y consagración incondicional al Reino de Cristo durante toda una vida de trabajo y oración en pobreza, castidad y obediencia.