"Que María nos coja en sus manos y nos presente a Dios, y le ofrezca nuestras vidas, nuestras alegrías y sufrimientos"
4 de febrero de 2021[NIVARIENSE DIGITAL]
A mediodía de este dos de febrero el obispo Álvarez presidía la eucaristía en la Basílica de La Candelaria, custodiada por los frailes dominicos. En la misma pidió “a María que nos coja en sus manos y nos presente a Dios, y le ofrezca nuestras vidas, nuestras alegrías y sufrimientos, nuestras súplicas y nuestro agradecimiento, que nos presente a Dios con nuestras necesidades” ya que Él quiere transformar el mundo, también a través de nuestra cooperación”.
En el templo, donde se siguieron las medidas de aforo y sanitarias propias para esta pandemia, se encontraban entre otros los presidentes del Parlamento de Canarias y del Cabildo, Gustavo Matos y Pedro Martín, el subdelegado del Gobierno, Javier Plata, representantes de otros municipios, así como el teniente general Carlos Palacios. Todos ellos fueron recibidos por la alcaldesa, Maria Brito; el obispo Bernardo Álvarez y el prior de los dominicos, Juan Ramón Enjamio.
A la luz de las lecturas propias del Día de la Presentación de Jesús en el templo, el obispo destacó en su homilía tres perspectivas: ofrenda, luz y encuentro con Dios.
En primer lugar, subrayó que la ofrenda de Jesús niño en el templo, Jesucristo “la cumplirá con su vida dedicándose a hacer el bien a los demás, y finalmente, también con su Madre María, en la Cruz”.
La segunda perspectiva subrayada por Álvarez fue la de la “luz salvadora”. “Jesús es presentado, ofrecido, entregado y por eso se convierte en luz. La vela encendida, que María lleva en su mano, indica que Jesús, a quien lleva en la otra mano, es la luz del mundo”- afirmó para invitar a que “igual que la cera está disponible y se consume para producir la llama y difundir la luz, así debemos ser nosotros, consumirnos sirviendo a los demás”.
El “encuentro con Dios” fue la tercera propuesta de la homilía ya que se celebra la “fiesta del encuentro”. Al igual que los ancianos Simeón y Ana de los que habla el evangelio de la jornada, “dejémonos iluminar por el que es la luz para poder iluminar a los demás”, subrayó.
Un encuentro con Jesús que se realiza para el prelado nivariense en la vivencia del año litúrgico, en los sacramentos, la oración y en la vida de cada día, sobre todo en el encuentro con los más pobres.
Con el deseo de que María ponga a Jesús en nuestras manos para que, abriendo el corazón se pueda ir al encuentro del Señor y de los demás, concluyó la homilía.
Por otra parte, para finalizar la Eucaristía el obispo recordó unas palabras del papa Francisco al señalar: Ella es la del corazón abierto por la espada, que comprende todas las penas. Como madre de todos, es signo de esperanza para los pueblos que sufren dolores de parto hasta que brote la justicia. Ella es la misionera que se acerca a nosotros para acompañarnos por la vida, abriendo los corazones a la fe con su cariño materno. Como una verdadera madre, ella camina con nosotros, lucha con nosotros, y derrama incesantemente la cercanía del amor de Dios. A través de las distintas advocaciones marianas, ligadas generalmente a los santuarios, comparte las historias de cada pueblo que ha recibido el Evangelio, y entra a formar parte de su identidad histórica”.
Con la oración compuesta por el obispo de Roma para pedir a la Virgen el fin de esta pandemia, se puso fin a la celebración.