Daban comienzo las fiestas el 22 de septiembre con el pregón que proclamó el periodista y escritor Luis Antequera, quien declamó un poema en que se recogían los momentos más importantes de la historia de esta devoción mariana. A continuación, tuvo lugar un concierto a cargo de la prestigiosa Unidad de Música de la Guardia Real, dirigida por el coronel D. Armando Bernabeu. Se visibilizaba así el acuerdo de amistad entre la Basílica de Atocha y la Guardia Real, que se ha firmado este año, queriendo recuperar una relación siempre cercana entre esta devoción y la Casa Real y quienes la protegen. Un acto que nace con la pretensión de convertirse, con los años, en una tradición.

  Por esa misma razón el sábado 24 presidía la novena D. Iván Cote, capellán de la Guardia Real, que en su homilía destacaba la “realeza” de María. Durante estos días se contó también con la presencia del coronel jefe de la Guardia Real D. Juan Manuel Salom Herrera y con el hermano mayor de la Congregación de Cristo de los Alabarderos, el teniente coronel D. Luis Alfonso Choya.

  El domingo 25 de nuevo la imagen de Ntra. Sra. de Atocha se colocó en la puerta de la Basílica y a lo largo del día cientos de fieles fueron colocando velas en la tradicional ofrenda de luz, que tiene un fin espiritual, pues con cada vela cada fiel presenta su propia vida y pide a María que le ilumine, y también solidario, pues los donativos son destinados al fondo caritativo de la Real Archicofradía de Ntra. Sra. de Atocha. El Vicario Episcopal de la IV Vicaría, D. Óscar García Aguado, presidía ese día la novena, finalizando a los pies de la Virgen con una oración y el canto de la Salve.

  A lo largo de la novena, predicada en su mayor parte por frailes de la comunidad, se fue pidiendo por distintas realidades como la paz, los enfermos, los misioneros…

  Un día especial fue el viernes dedicado a la parroquia, en una eucaristía que supone oficialmente el inicio de las actividades en este curso, y durante la cual se homenajeó y agradeció la labor de las catequistas más veteranas: Leonor, Gloria y Carmen. Ese día, además, se bendecían los renovados locales parroquiales, descubriendo una placa que ponía nombre al Salón de Actos, dedicado al anterior párroco Fr. Francisco Pujante Pellicer O.P., fallecido en 2020.

  Pero no solo se celebraba la Virgen de Atocha en la Basílica, también lo hizo el Colegio que lleva su nombre. Fr. Javier Garzón, responsable de pastoral, presidió un día de la novena en que se encomendó a toda la comunidad educativa en manos de María. El viernes el Colegio festejó a la Virgen por todo lo alto, colocando su imagen en el hall por el que pasaron todos los alumnos en un rato de oración. A las 8 de la mañana, D. Agustín Clemente Pliego proclamó un pregón dedicado a la Virgen. Tuvo también su carácter solidario, pues a los pies de la imagen los alumnos fueron trayendo a lo largo del día alimentos para ser entregados a Cáritas.

  La víspera de la fiesta se puso la medalla a 14 nuevos cofrades que se incorporan a la Real Archicofradía del Rosario de Ntra. Sra. de Atocha, con el compromiso de promover la devoción a María, rezar el Rosario individual y comunitariamente, colaborar en los actos de culto, representación y solidaridad de la Archicofradía, y acompañar la imagen de la Virgen en su salida procesional.

  La solemnidad de Ntra. Sra. de Atocha fue, como siempre, el primer domingo de octubre, con la participación de cientos de fieles que participaron en las eucaristías del día. La misa solemne fue presidida por Fr. Jesús Díaz Sariego, Prior Provincial de los dominicos de la Provincia de Hispania y Presidente de CONFER. En su homilía partía del texto del libro de Proverbios, donde aparece varias veces el verbo “jugar”: “‘Jugar en su presencia’, ‘Jugar con la bola de la tierra’, ‘gozar (que es jugar) con los hijos de los hombres’ son expresiones bíblicas para llamar la atención sobre la importancia que tiene para Dios el posibilitar que cada persona se exprese desde su creatividad, se autoafirme, se comunique y se prepare para la vida”. A la hora de referirse a María, fray Jesús recurría también a ese verbo: “Poco sentido podría tener nuestra devoción a la Virgen si no fuéramos capaces de descubrir en ella y desde ella vínculos que nos pongan en relación, que nos hagan actuar como si de un ‘buen juego’ se tratase. Una sabiduría de lo cotidiano. Lo cotidiano de la vida y sus vínculos nos hacen personas excepcionales. María es una persona excepcional porque es mujer y, además, madre. Una doble sabiduría de la vida que genera vínculos de relación entre las personas”.

  Y tras la eucaristía, la esperada procesión de la Virgen por las calles de Madrid, después de dos años sin poder salir. Y este año con grandes novedades: la imagen salía por la puerta principal de la Basílica, y lo hacía en andas, llevada a hombros por un grupo de 16 anderos de la Archicofradía de Atocha, que habían ensayado en las semanas previas, guiados por capataces de la Archicofradía Primaria de la Real e Ilustre Esclavitud de Nuestro Padre Jesús Nazareno (Medinaceli), y apoyados por anderos de esta hermandad. Fue una noche de emociones, en que se pudo ver lágrimas entre los fieles que acompañaban la imagen por las calles, que pedían a María fe y esperanza para sostenerles en sus preocupaciones. La procesión terminó con los agradecimientos, de manera especial a los hermanos de la Archicofradía del Cristo de Medinaceli, pues gracias a ellos fue posible la procesión de este año. Como es tradicional, el día terminó con los vivas a la Virgen de Atocha, Madrid y España a cargo de Fr. Miguel Gonzalo Liquete.