El periodista dominico José Antonio Martínez Puche, fundó Edibesa como editorial religiosa en 1984. Desde entonces fray José Antonio ha trabajado mucho y bien. A él se debe uno de los grandes éxitos editoriales de España, el famoso “Evangelio”, que todos los años se edita con los textos litúrgicos de cada día del año. La editorial ha tenido otros aciertos, como la publicación de los escritos de los últimos Papas o los doce volúmenes del “Año cristiano”.

Después de tantos años de trabajo, fray José Antonio Martínez Puche dejó en otras manos la editorial, a principios del 2012. Y emprendió, con autorización del Prior Provincial, una nueva aventura llena de esperanza, como director espiritual del Seminario “Redemptoris Mater” de Abidjan, en Costa de Marfil. Son 20 seminaristas de 10 nacionalidades. Además de jóvenes de Costa de Marfil y de otros países de África, los hay venidos de Latinoamérica (República Dominicana, San Salvador, Venezuela y Colombia) y de Europa (España, Italia, Croacia y Polonia). Todos, unidos por la misma vocación y por la lengua francesa, para unos nativa, y para otros adoptiva.

Fray José Antonio ha sido muy bien acogido por el Rector del Seminario y por los seminaristas. Poco a poco se va acostumbrando al ritmo de vida que comporta su nueva situación. Tiene que levantarse a las cinco de la mañana para el rezo de Laudes, la meditación y la celebración de la Eucaristía, todo cantado, para que los seminaristas puedan llegar con tiempo suficiente a las clases de teología. Aparte de la atención personalizada a cada uno de los seminaristas, fray José Antonio tiene con ellos cada semana un encuentro de formación espiritual. Ya ha tenido la primera sesión, sobre el Vaticano II. Además ayuda en la catequesis de adultos de la Catedral y en algunos otros ministerios.

Por encargo del Consejo de Provincia prepara la edición del “Evangelio 2014” que, en su momento, editará Edibesa. Como no podía ser menos, fray José Antonio, aunque reside en el Seminario, ha tenido ya ocasión de conocer a la comunidad de dominicos del convento de Abidjan, una comunidad espléndida de 25 frailes africanos, que le han recibido fraternalmente.