Durante este primer fin de semana de octubre, con un retraso de año y medio a causa de la pandemia de Covid-19,  se ha celebrado de forma presencial en una casa de ejercicios al norte de Madrid, la II Asamblea electiva de las fraternidades laicales de la Provincia de Hispania. 

  La reunión se inició con un vídeo de saludo y acompañamiento tanto del Maestro de la Orden como del promotor general del laicado, donde además excusaban su presencia. Previamente a la asamblea se habían estudiado y remitido distintas propuestas presentadas por las diferentes fraternidades en base a los informes previos de los consejeros de cada área de atención, agrupadas en cuatro epígrafes a las que corresponderían otras cuatro comisiones de estudio. A ellas fueron asignados aleatoriamente todos los asistentes: comisión de formación, comunicación, Familia Dominicana y vida y misión. Asuntos que engloban  las principales preocupaciones y retos de la vida de las fraternidades.

  Al estudio de los informes anteriormente mencionados dedicaron la mañana y parte de la tarde del sábado. El objetivo era presentar en cada comisión unas propuestas concretas para la aprobación de la Asamblea, con compromiso de cumplimiento y tarea para el nuevo consejo electo. La tarde del sábado se dedicó al proceso de elección de presidente y renovación de consejeros. Fue reelegido en primera votación, el anterior presidente. Posteriormente fueron nombrados el resto de consejeros, formando el nuevo consejo.

Presidente

José Vicente Vila

Consejeros

Marisa de Llaguno
María José Vicente
Juan Jesús Pérez
Cristóbal Arellano
Carmen Calama
Josep Llopez
Julio Mora
Óscar Salazar

Miembros presentes del nuevo consejo

  La mañana del domingo se dedicó a la presentación de las conclusiones elaboradas por cada comisión, la presentación de las propuestas y la aprobación de la Asamblea. Concluyó la Asamblea con la eucaristía presidida por el prior provincial de Hispania, fray Jesús Díaz Sariego, que invitó a los presentes a escuchar la Palabra y dar una respuesta creativa, humana y generosa, como se manifiesta la bendición divina.

D. Óscar Salazar, O.P.