En la inauguración intervinieron D. Máximo Gómez Rascón (responsable de Patrimonio del Obispado de León), fr. Manuel Santos Sánchez (prior del convento Virgen del Camino), D. Julián López (obispo de León) y D. Gonzalo Blanco (comisario de la exposición). Un numeroso grupo de miembros de la Familia Dominicana, amigos, autoridades y periodistas se hicieron presentes en la inauguración de esta exposicion que estará abierta al público hasta el 23 de enero.

D. Máximo Gómez señaló que la obra de Iribertegui «es un reflejo de la cultura popular leonesa y un auténtico poema sobre el esfuerzo», y destacó «su interés por la familia y las familias que configuraron su espíritu creador», para añadir finalmente que «Iribertegui acertó a plasmar en su obra a personajes con alma sencilla».

Fr. Manuel Santos hizo un breve esbozo de su biografía, recordando que vivió en el convento leonés de la Virgen del Camino durante 30 años y es allí donde realizó la mayor parte de sus obras. En cuanto a los rasgos de su obra, Santos destacó «su sencillez, su estilo nada ostentoso, pues no sabía presumir, y la prueba es que en vida nunca quiso exponer»; del mismo modo comentó que «era un artista polifacético, pues practicó la escultura y el dibujo, la poesía y la música, y era también teólogo y profesor». «Su obra nace de ternura y, por lo tanto, provoca ternura, llenándonos de belleza y de trascendencia». Terminaba fr. Manuel Santos su presentación: «Decía Unamuno: "Belleza que no nos hace mejores no es tal belleza", pues Miguel Iribertegui ha querido con sus obras hacernos mejores y ha querido ayudarnos a dar el salto de la belleza con minúscula a la Belleza con mayúscula».

El obispo de León, Julián López, agradeció el trabajo de quienes habían hecho posible esa exposición y expresó su deseo de que esa muestra fuese el germen de un futuro museo de arte sacro contemporaneo con sede en la Basílica de la Virgen del Camino.

Finalmente el comisario de la exposición, D. Gonzalo Blanco, agradeció el esfuerzo de todos los que han trabajado en el proceso de preparación y montaje de la exposición.

Una foto de Miguel Iribertegui junto con el torno en el que el artista realizó gran parte de sus obras, dan la bienvenida al visitante. Una vez dentro de la sala, es Santo Domingo de la virginidad, una de las piezas de las que Miguel se sentía más orgulloso, la da inicio a la exposición organizada en siete núcleos temáticos.

1. El primero está centrada en los Ángeles, figuras a las que dedicó una parte de su obra. De ellos dice el autor en algún momento: «Son adoradores y contemplativos, pero reaccionan atentos a lo externo de Dios con alegre libertad, activos y simpatizantes de todo lo creado».
2. Una segunda parte está dedicada a Santo Domingo y los dominicos con varias figuras de santo Domingo de Guzmán, el beato Manés y san Antonio González, asi como varias piezas de grupos de frailes.
3. La tercera parte se titula Natividad y recoge varias piezas de la sagrada Familía y otros motivos del belén que cada año se monta en la Basílica de la Virgen del Camino.
4. En una cuarta sección encontramos figuras de pastores y grupos de ovejas que formaban parte del belén.
5. La quinta parte está dedicada al Aluche leonés, la lucha leonesa de la que hizo bastantes esculturas.
6. Otro núcleo está centrado en las tradiciones leonesas como el pendón y la sogatira.
7. En la última parte se pueden ver reproducciones fotográficas de las puertas en bronce de la catedral de Oviedo y de la iglesia de San Esteban de Gorraiz.
    

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