El miércoles 8 de mayo, la Facultad de Teología San Vicente Ferrer de Valencia, celebró a su patrono titular. Para tal ocasión, se organizó una excursión en la que se visitó la ciudad de Segorbe, la ruinas de la cartuja de Vall de Crist (Altura), y el santuario de la Virgen de la Cueva Santa (Patrona de la diócesis de Segorbe-Castellón), Un nutrido grupo de profesores, alumnos y personal de la Facultad, que superaba las cien personas, encabezadas por el Vice Decano, se hizo presente en la excursión.

Tras llegar a la ciudad de Segorbe, capital del Alto Palancia, se celebró la Eucaristía en la Santa Iglesia Catedral Basílica de la Asunción de Nuestra Señora, presidida por el Vice-Decano de la Facultad, el dominico Vicente Botella Cubells, en cuya homilía aludió al carácter itinerante de la vida cristiana. El P. Vicente recordó además, que se diera tal itinerancia, al modo de San Vicente Ferrer, es necesario un periodo de preparación. Y este modo podría compararse con el estilo de vida cartujano: “el estudio se asemeja a la vida oculta de los cartujos, como lo hizo Bonifacio Ferrer (hermano del santo)”. Asimismo, invitó a los presentes a adquirir un signo: “la presentación de la Buena Noticia”. Concluyó la homilía dando gracias a Dios, por la Facultad y por celebración de la jornada.

Tras finalizar la celebración, el centenar de asistentes pasó a visitar el claustro y el museo catedralicio, con las explicaciones del catedrático de Paleografía y Diplomática de la Universidad de Valencia, el Prof. Francisco M. Gimeno Blay, que situó a los asistentes en el contexto histórico en el que vivieron Vicente y Bonifacio Ferrer. A continuación se visitó el archivo catedralicio.

Tras esta primera visita, se reanudó la marcha hacia el municipio de Altura, visitando las ruinas de la cartuja de Vall de Crist, fundada en el siglo XIV y desamortizada en el siglo XIX, cenobio donde ingresó Fray Bonifacio Ferrer, llegando a ser prior y posteriormente General de la Orden Cartujana. Tras el almuerzo, se prosiguió la marcha hacia el Santuario de la Cueva Santa, a unos doce kilómetros del municipio, donde se rezó el Angelus y el Regina Coeli, concluyendo la jornada con una foto de grupo.