Ordenaciones sacerdotales y diaconal de frailes predicadores
5 de julio de 2011En la tarde del sábado poco a poco se fue llenando la iglesia y comenzaron a llegar los frailes al salón de actos que hacía las veces de sacristía para acoger al alto número de religiosos que se juntaron esa tarde para acompañar a los ordenandos. Llegaron frailes de las diferentes provincias españolas, encabezados por los provinciales de las Provincias de España, Bética y Aragón, y el vicario del Vicariato del Rosario en España. Además se unieron a la celebración frailes venidos de Roma y Polonia, sacerdotes y el rector del Colegio Greco-católico de Roma.
Presidía la celebración Monseñor fr. Juan José Larrañeta, obispo emérito de Puerto Maldonado, acompañado del titular actual de dicha diócesis Monseñor fr. Francisco González, recién llegado de Perú.
Asistió un gran número de personas entre familiares, amigos, miembros del Movimiento Juvenil Dominicano, monjas contemplativas, hermanas dominicas de varias congregaciones, miembros de fraternidades laicales, en definitiva contó con la presencia de la Familia Dominicana en pleno.
Fr. Luis Miguel García Palacios se hizo cargo de la liturgia y fr. Carlos Olóriz, fr. Nicasio Pérez al órgano, y un coro de jóvenes del MJD, tuvieron a su cargo los cantos de la celebración.
En la homilía Monseñor Larrañeta confesó que él sentía temblor y temor a la hora de imponer las manos a los nuevos sacerdotes, pues el sacramento del orden no deja de ser un misterio, un regalo y una gracia que Dios concede a quien elige para ese ministerio. A lo largo de la homilía, fr. Juan José les habló a los neordenandos de la grandeza del ministerio y de la responsabilidad de la misión.
Los candidatos fueron presentados al obispo por los respectivos provinciales de España y Bética. Los ordenandos, una vez invocado el Espíritu y “nuestros amigos” los santos (según las palabras de fr. Juan José Larrañeta), recibieron la imposición de manos de los más de sesenta sacerdotes allí presentes, y posteriormente la ordenación diaconal y sacerdotal, y el abrazo acogiéndolos en el colegio diaconal y el colegio sacerdotal.
Al final de la celebración fr. José Rafael, en nombre de los cuatro, dio las gracias a quienes habían hecho posible la celebración y a todos los asistentes. Fr. Vicente Botella, con una sentida canción sobre el sacerdocio, puso punto final a la celebración con el consiguiente aplauso. La fiesta continuó en los salones del convento de Santo Domingo el Real con un vino español.
Al día siguiente tuvieron lugar las primeras misas de fr. José Rafael (donde se estrenó fr. Julio C. como diácono) y fr. Ángel, y el próximo domingo en Murcia le tocará el turno a fr. Francisco Pujante.