Palencia devuelve el favor a Santo Domingo
9 de noviembre de 2015El pasado día 7 de noviembre, la ciudad Palencia se volcó para unirse a las celebraciones en todo el mundo, con motivo del octavo centenario de la confirmación de la Orden de Predicadores.
Meses antes se había organizado la celebración, la procesión y la solemne eucaristía. Amigos del convento se volcaron en preparar cada detalle. Hay que destacar la gran labor desinteresada de todos ellos, que pusieron toda su ilusión para ese día. Conseguimos formar un coro de más de cincuenta personas que todos los martes y jueves ensayaron las canciones de la eucaristía. La prensa local dio una amplia cobertura antes y después del evento. Las redes sociales, siguieron puntualmente todos los acontecimientos y nuestro Facebook, no paró de trabajar, en definitiva todos hicieron que la apertura del año jubilar fuera solemne. Es como si todos quisieran devolver el favor que tiempo atrás había hecho Santo Domingo con sus antepasados, cuando vendió sus libros para aplacar el hambre de la ciudad en los años que estuvo en ella como estudiante.
Fuimos convocados en la iglesia de la Piedad de las Dominicas contemplativas a las 19:30, pero casi una hora antes la iglesia estaba llena de files y de amigos que esperaban el inicio del año jubilar. La celebración la presidió el Administrador Diocesano, don Antonio Gómez, acompañado por más de veinte sacerdotes diocesanos y religiosos.
Después de la lectura del mensaje del Maestro de la Orden, se bendijo el cirio jubilar, de el tomaron la luz, ocho representantes de otros tantos colectivos vinculados a nuestra iglesia y al carisma de Domingo. Frailes, Dominicas contemplativas, Misioneras de Santo Domingo, Laicos dominicos, Cofradía del Rosario, Asociación de Fátima, Cofradía de la Vera Cruz, y el Grupo Juvenil Santo Domingo. Ellos repartieron la “luz de Domingo” a las más de 600 velas que habíamos distribuido, aunque los fieles fueron muchos más.
Finalizada esta “ceremonia de la luz” se inició una procesión con la imagen de Nuestro Padre, al tiempo que todas la campanas de la ciudad repicaban al unísono anunciando el inicio del año jubilar dominicano.
Al llegar al templo de San Pablo, el altar lucia espléndido, pues delante de él, se había colocado las reliquias de aquellos santos que vivieron el carisma de Domingo y que eran los testigos de su obra a lo largo de los siglos. Predicadores como Vicente Ferrer, Mártires como Valentín de Berrio-Otxoa, o Padre Capillas y hermanos cooperadores como Martín de Porres o Juan Macías, nos animaban a celebrar estos ocho siglos de vida en la iglesia. Todos participaron en la celebración con las lecturas, peticiones, ofertorio, etc.
En su homilía el Administrador Diocesano, nos hizo una petición con estas palabras: «Hermanos y hermanas, sed para todos nosotros, que también lo necesitamos, ejemplo de una vida común de oración y estudio; de pobreza evangélica para dar respuesta a la misión evangelizadora; ¡comunicadnos y animarnos a contemplar con vosotros el misterio de Dios!»
Finalizamos la celebración rezando como familia la oración del jubileo y cantando el himno mientras venerábamos la reliquia de Nuestro Padre, como muestra del cariño que la ciudad de Palencia profesa a este castellano universal.
Terminamos este día con un encuentro fraterno en nuestro convento, lleno de alegría y júbilo.
Gracias a todos.
Fray Luis García Palacios, O.P.