Ponemos voz a las palabras de amistad del Evangelio
10 de noviembre de 2015El domingo 8 de noviembre continuaban las celebraciones con motivo del inicio del Jubileo, esta vez con una Eucaristía en la iglesia de San Pedro Mártir en Alcobendas (Madrid), retransmitida por La 2 de TVE.
Un coro de Familia Dominicana y las vidrieras de la iglesia de San Pedro Mártir fueron el marco extraordinario de una celebración que se vivió en un ambiente de fraternidad y gozo.
Presidió la Eucaristía fr. Javier Carballo, Presidente de Familia Dominicana, quien en la homilía resaltó la misión de los dominicos y dominicas, que como predicadores no es otra que la de poner voz a las palabras de amistad del Evangelio, con una espiritualidad de desprendimiento, sin sentirnos propietarios sino servidores. "Ni siquiera la Verdad, lema de la Orden, es ninguna propiedad. Es búsqueda y servicio de misericordia. La verdad, que perdió crédito en el mundo cuando se alió con el poder, solo puede brillar en la pobreza de la predicación. Predicación que se hace diálogo, encuentro y conversación".
El coro, dirigido por fr. Javier Rodríguez, estaba formado por miembros de las distintas ramas de Familia Dominicana venidos de Andalucía, Valencia, Castilla y León y Madrid. Interpretaron distintas piezas dominicanas que recordaban constantemente el lema de los dominicos: alabar, bendecir, predicar.
Fr. Javier Carballo dio las gracias al final de la celebración a todos los que habían hecho posible la celebración: a TVE española, a fr. Fernando Mañero párroco de San Pedro, fr. Xabier Gómez presidente de la Comisión del Jubileo, los músicos, el coro y su director, a todos los miembros de Familia Dominicana venidos de toda España y a todos los amigos que quisieron acompañar a los dominicos en ese día de fiesta.
Tras la eucaristía, los asistentes pudieron compartir un tiempo de fraternidad y felicitarse el Jubileo en los jardines del convento de San Pedro Mártir, hasta que poco a poco volvían a sus lugares de origen.
El Jubileo no ha hecho más que empezar, tenemos todavía un año por delante para seguir dando gracias a Dios y revitalizando nuestra vocación.