Un curso más han echado a andar las Conversaciones de San Esteban con la sala abarrotada de público en torno al tema general: Ser cristiano, un estilo de vida. ¿Qué puede aportar el estilo de vida cristiano, heredado de Jesús y de los primeros cristianos, a nuestra sociedad? Benedicto XVI ha dicho este mismo año: “Es preciso vivir la novedad, el estilo de Dios. Es necesario que los cristianos tengan una identidad bien definida en la inspiración de sus objetivos, en la elección de sus recursos humanos, en los métodos de actuación, en la calidad de sus servicios, en la gestión seria y eficaz de los medios”.

La 1ª conferencia, a cargo de José Parra Junquera, OP, ha servido para esbozar una panorámica general sobre la situación religiosa de la España actual (trasfondo a tener en cuenta a lo largo de todo este ciclo). Sirviéndose del power point presentó el paisaje religioso español a lo largo de las últimas décadas ateniéndose a los siguientes indicadores sociológicos: el sentimiento de religiosidad personal, las pertenencias y confesionalidad religiosa, la fe y las creencias religiosas, las prácticas religiosas y sacramentales, las actitudes y valoración respecto a la Iglesia, la importancia y papel de la religiosidad para los españoles.

¿Qué lectura arroja todo ese arsenal de datos? Se aprecia un declive lento pero estable de la religión católica establecida, si bien muestra todavía un perfil relativamente alto de actitudes, creencias y prácticas religiosas fundamentales. Se da una clara fractura entre los mayores de 65 años y las generaciones más jóvenes. Emerge una amplia religiosidad, fragmentada y confusa en sus creencias, además de poco practicante. ¿Fruto de un cristianismo de convención y costumbres? ¿O más bien prueba de la inadaptación de la iglesia a los problemas y cambios socioculturales? La premura del tiempo no le permitió desarrollar con más holgura esta 2ª parte del tema.