El domingo 5 de septiembre a las 11 de la mañana, en la iglesia conventual del convento de Santo Domingo, en la ciudad de Santo Domingo, dos frailes realizaron su compromiso definitivo en la Orden de Predicadores: Fr. Diego Alejandro Rojas y Fr. Eleandro Emilio Pérez. También hizo su renovación de votos simples por un año, Fr. Cecilio Arturo Molina.

  La ceremonia estuvo presidida por el vicario provincial del Vicariato Pedro de Córdoba, Fr. José Hernando Hernado, y concelebrada por algunos frailes de la comunidad y otros diácono y sacerdotes excompañeros de estudios de los profesos. La misma fue retransmitida en directo a través de la plataforma de vídeos YouTube, por el canal Ser Fraile Dominico. La iglesia estuvo llena al máximo de la capacidad permitida para estos momentos de pandemia.

Contagiar esperanza

  En la homilía, Fr. José Hermando, aleccionó a los profesos a ser cuidadosos con las tentaciones en la vida consagrada, de las cuales mencionó la queja continua, la murmuración y la envidia, el compararse con los demás viendo al otro como superior o inferior, el endurecimiento del corazón que nos hace confiar en nuestras fuerzas despreciando la ayuda de la comunidad y la de Dios, el individualismo, la tentación de caminar sin rumbo y sin meta que divide nuestro corazón entre Dios y el mundo. Finalmente, la tentación de la mundanidad que quita a Dios del protagonismo de la vida y poner cosas en su sitio. Todo esto hace perder la esperanza en un momento en que los predicadores debemos de contagiarla.

  Para concluir, el Vicario invitó a los profesos, y en general, a toda la comunidad a fijarse en la liturgia del día en donde el profeta grita palabras de ánimo y el ciego, lleno de esperanza, ruega al Señor que le dé la vista y el oído. El secreto, recalcó, para no volvernos sordos y ciegos, es reconocer al Señor en el hermano, en la comunidad, en los compañeros.

  La ceremonia continuó con el rito de profesión solemne y renovación. Al final de la misma Fr. Eleandro tuvo unas palabras de agradecimiento en su nombre y el de Fr. Diego y Fr. Cecilio:

“Es de cristianos ser agradecidos, y es que toda nuestra existencia, nuestra vida, nuestra historia y el futuro que anhelamos es puro don gratuito de Dios. No obstante, no es tarea fácil y menos hacerlo en un par de minutos ya que toda nuestra existencia ha de ser una constante acción de gracias a Dios por el don de la vida y por permitirnos buscar construir su reino de misericordia, justicia, derecho y libertad junto a nuestros hermanos.

Hoy hemos realizado nuestra profesión solemne, nos hemos comprometido, hasta la muerte, a entregar nuestra vida por el proyecto del Reino al estilo de nuestro padre Santo Domingo de Guzmán.

No sabemos que habrá visto Dios en nosotros para llamarnos, pero, confiados en su Palabra, hoy le damos gracias porque todo cuanto somos y hacemos es por Él….”

  Posteriormente, terminada la ceremonia, se pasó al claustro para los saludos y felicitaciones de los asistentes, siguiendo el protocolo de lugar en estas condiciones sanitarias. La comunidad ofreció un almuerzo para los familiares y amigos más cercanos de los profesos.