“Cuando la sociedad abandona en la periferia a una parte de sí misma, no habrá programas políticos ni recursos policiales o de inteligencia que puedan asegurar indefinidamente la tranquilidad. Y no solo porque la inequidad provoca la reacción violenta de los excluidos, sino porque el sistema social y económico es injusto en su raíz”. (La Alegría del Evangelio Nº 59 – Papa Francisco)

Inspirados por las palabras del Papa Francisco, los Párrocos de los Bañados norte y sur de Asunción, algunos Laicos de esas Parroquias y el Equipo de la Pastoral Social Arquidiocesana, reunidos para reflexionar sobre el acompañamiento de la Iglesia a los pobladores de los bañados, comunicamos a la opinión pública nuestro sentir, sobre de la situación generada últimamente y que afectan a las familias que viven en estos bañados.

1. Las situaciones de exclusión y abandono de las comunidades que viven en los bañados de Asunción fue visualizado en los últimos meses, por la sociedad toda, como consecuencia de las inundaciones y las manifestaciones realizadas por los pobladores, frente a la Municipalidad de Asunción, reclamando acciones que lleven a una respuesta definitiva a la problemática de exclusión en que viven.
2. La población asentada en los bañados de Asunción tuvo un crecimiento considerable en los últimos años, como consecuencia de un sistema económico que los expulsa del campo. La ausencia del estado, el abandono de las autoridades a los bañados hacen que estos lugares se conviertan en tierra de nadie, donde es fácil encontrar un sitio donde asentarse, generando un problema social cada vez mayor.
3. Referente a las movilizaciones últimas, consideramos que los reclamos de los bañadenses son justos. Nos consta que la movilización realizada en la semana frente de la Municipalidad ha sido preparada para que la misma sea respetuosa y de forma pacífica. Reconocemos que hubo una ínfima minoría que protagonizó pequeños actos de violencia (quema de cubiertas, vidrios rotos y otros).
4. No estamos de acuerdo con ningún tipo de violencia, pero consideramos que también es violencia la que sufren diariamente las cien mil personas que viven en los bañados, sin acceso a la salud, educación, servicios básicos y sin trabajo digno.
5. No estamos de acuerdo con algunos medios de prensa que han dado gran destaque a hechos aislados de violencia, promovidos por un grupo minoritario, y no dando el espacio necesario a lo que sucedió en relación a la ejemplar conducta cívica de la gran mayoría de los manifestantes y a sus reclamos. Incluso, algunos medios, se han hecho eco de mentiras evidentes, publicando de que la gente ha sido engañada, mal informada y pagada para asistir a esta manifestación.
6. Declaramos nuestra indignación por la politización de las necesidades de los pobres durante el proceso de atención a las emergencias y por la no inclusión de las organizaciones comunitarias para la atención a los afectados por las inundaciones.
7. Como Iglesia, no podemos sino acompañar y ofrecer nuestra voz a estos hermanos que viven en situaciones extremas. Por eso nos unimos al pedido de soluciones definitivas a la problemática de la pobreza, de las familias que viven en los bañados, que incluye la solución a la problemática de las inundaciones.
8. Solicitamos a las autoridades que inicien un proceso de diálogo amplio con los propios afectados a fin de encontrar juntos soluciones que dejen satisfechos a las partes.

Esperamos que la Opinión Pública en general sepa comprender, desde el sufrimiento de los bañadenses, nuestros hermanos, la problemática angustiosa por la que están pasando y que todos los ciudadanos de Asunción nos comprometamos en impulsar las medidas que sean necesarias para terminar con el desafío que significa la extrema pobreza en nuestra ciudad.

Asunción, 12 de setiembre de 2014