Vicariato Apostólico de Puerto Maldonado: una Iglesia con corazón dominico
17 de enero de 2018El viernes, cuando el Papa presida los distintos actos preparados con motivo de su visita a Puerto Maldonado, veremos que va a estar acompañado en todo momento por el vicario apostólico de la zona, el dominico monseñor David Martínez de Aguirre, y por el maestro de la Orden de Predicadores fray Bruno Cadoré. Será el único lugar, a lo largo de su visita a Chile y Perú, donde un superior de una orden religiosa ocupe un lugar tan central en las celebraciones.
¿Por qué el Maestro de la Orden se sentará al lado del Papa ese día en Puerto Maldonado? Tiene una sencilla explicación: el Vicariato Apostólico de Puerto Maldonado está encomendado a los dominicos. Así ha sido desde el año 1900, cuando se crearon tres prefecturas apostólicas, una de ellas denominada “Santo Domingo del Urubamba” que se puso en manos de la Orden para que fuera constituyendo una Iglesia local allí. Por eso desde entonces todos los obispos han sido dominicos, incluido el actual, monseñor David. Este es un dato importante porque en estos momentos esta es la única iglesia asignada por Roma a la Orden de Predicadores.
Que los dominicos han sido sujetos activos de la evangelización e incluso del desarrollo de esta tierra nos lo señala el mismo nombre del aeropuerto donde aterrizará el papa Francisco el próximo viernes: Padre José Aldamiz, un misionero dominico piloto que murió en una misión al caerse su avioneta. O el cariño con el que todavía se recuerda al padre José Álvarez “Apaktone”, entre otras muchas cosas.
Pero no solo es historia, también hoy siguen teniendo un protagonismo importante. De hecho, los distintos grupos de indígenas que han ido viniendo a la ciudad para la visita papal desde lugares remotos de la selva, viajando durante días en canoa o carretera, venían encabezados, en su mayor parte, por misioneros y misioneras dominicos.
Las misioneras también han tenido un papel crucial también en esta tierra, especialmente relevante en la formación de las jóvenes de las comunidades indígenas. Sus fundadores, el dominico monseñor Ramón Zubieta y la hermana Ascensión Nicol, fueron los primeros en llegar a Madre de Dios y los que pusieron las bases a la iglesia local.
Es la razón por la cual, la presencia de dominicos y dominicas en la Asamblea del Vicariato Apostólico que comenzó hoy en la Universidad Amazónica de Madre de Dios, era abundante. Una docena de frailes dominicos y más de veinte hermanas dominicas Misioneras del Rosario, junto con laicos llegados de las numerosas comunidades nativas y de la ciudad de Puerto Maldonado.
El obispo David Martínez de Aguirre constataba los grandes cambios eclesiales que se habían producido en los últimos años, donde la presencia de misioneros se ha visto reducida, pero al mismo tiempo se ha ido constituyendo comunidades cristianas que se han de convertir ahora en sujetos activos de evangelización, los nuevos misioneros que puedan evangelizar junto con los misioneros y misioneras dominicos y también con los sacerdotes seculares que han aumentado en los últimos años.
La Asamblea se ha centrado en cinco tipos de pastoral: la rural, la urbana, la indígena, los jóvenes y las hermandades. En todos los campos el obispo animaba a “No pensar en lo que fuimos, sino en lo que somos y lo que queremos ser y aportar“.
En ese futuro los dominicos siguen teniendo mucho que decir, pues la Iglesia sigue confiando en la Orden para esa tarea y la visita del Papa señalando esta zona como primordial en la evangelización con el reto medioambiental y el indígena, hace aún más importante esta misión.
En este último año la Provincia de Hispania, que tradicionalmente se había hecho cargo de esta misión por petición de la Orden, ha pasado el testigo a la Provincia de San Juan Bautista del Perú que en el próximo Capítulo Provincial afrontará el reto de continuar la misión evangelizadora y apoyar la consolidación de la Iglesia local. La Provincia de Hispania continuará vinculada a este proyecto de misión a través de Selvas Amazónicas. Misioneros Dominicos, que colaborará en distintos proyectos, y a través del Centro Cultural Pío Aza que tiene como objetivo apoyar la labor misionera y dar a conocer la realidad indígena.