Tienen las dos parroquias cinco centros de culto: Sa Garriga, Son Sardina, Son Espanyol, Establiments y Es Montant. De unos cuatro mil a cinco mil habitantes entre las dos. Con asistencia regular de feligreses a las celebraciones y a los sacramentos. Este curso las catequesis han arrancado con 30 niños de primera comunión en una y en la otra, diez futuros comulgantes. Sus catequistas respectivos están muy entusiastas.

Una Navidad en Mallorca tiene un sabor entrañable, muy hogareño y familiar. El segundo día de Navidad es fiesta, no se trabaja, para que se reúna la familia grande. La noche buena se le llama popularmente Ses Matines Viene de los maitines monacales que contaban los monjes y los canónigos.

De esa tradición se han conservado muchas tradiciones populares que cobran interés en las Navidades en las Baleares: El Sermón de la Calenda, el Canto de la Sibil·la y Ses Neules, que adornan todos los templos mallorquines.

La Calenda viene a ser para el pueblo como el solemne pregón de fiestas: enraíza en las calendas de las horas canónicas de antes. La sibil·la con su música medieval y letra poética en mallorquín es el juicio a las naciones. Tuve hambre y me diste de comer. Pero que arranca de palabras proféticas paganas anunciando el Salvador del mundo. Y ses Neules: obleas ahora de papel blanco y trabajado, como adornos cuelgan de las bóvedas de todos los templos, antes eran obleas de harina, simbolizando los panes redondos para los pobres.

Los Reyes es el día de reparto de regalos a los niños del pueblo. La misa de las vísperas de la Epifanía llegan en cabalgata los tres magos y asisten a la celebración eucarística y al finalizar reparten los regalos almacenados en las sacristías de los templos y la algarabía y la alegría infantil y familiar explota en todos los templos. Suelen encargarse los jóvenes del lugar recabando los regalos de acuerdo con los papás de los niños. Resulta ser un final de fiestas navideñas con las alegrías infantiles que ya habían comenzado el día 22 de diciembre en horas de la mañana, con presentación en las iglesias de cantos navideños y villancicos preparados por los maestros de las escuelas, para el último día de clases, antes de las vacaciones de navidad.

Queremos decir que aunque el laicismo postmoderno hace que la fe de las familias y los pueblos se enfríe y se desvanezca, en Mallorca y en las baleares en general, se guardan entrañables tradiciones muy cristianas y populares que vale la pena conocer y fomentar. Todo es base y fundamento para la nueva evangelización que el papa Francisco nos recuerda:

EG # 273. La misión en el corazón del pueblo no es una parte de mi vida, o un adorno que me puedo quitar; no es un apéndice o un momento más de la existencia. Es algo que yo no puedo arrancar de mi ser si no quiero destruirme. Yo soy una misión en esta tierra, y para eso estoy en este mundo. Hay que reconocerse a sí mismo como marcado a fuego por esa misión de iluminar, bendecir, vivificar, levantar, sanar, liberar.

Allí aparece la enfermera de alma, el docente de alma, el político de alma, esos que han decidido a fondo ser con los demás y para los demás. Pero si uno separa la tarea por una parte y la propia privacidad por otra, todo se vuelve gris y estará permanentemente buscando reconocimientos o defendiendo sus propias necesidades. Dejará de ser pueblo.