Las celebraciones comenzaron con una Eucaristía en la catedral, presidida por el arzobispo D. Carlos Osoro. La homilía corrió a cargo de un dominico, como es tradición. Este año fue fr. Vicente Botella O.P., decano de la Facultad de Teología San Vicente Ferrer de Valencia, el encargado.     Fr. Vicente elogió la dimensión universal y la capacidad comunicadora del santo, y dijo: «Estamos orgullosos de su capacidad comunicadora y disfrutamos con la tradición de que predicando en nuestra lengua valenciana era comprendido por todos, sin excluir a nadie».

En este sentido, el dominico Vicente Botella, añadió: «No hay dudas de que la obra predicadora del Maestro Vicente, sostenida por la palabra, tenía una dimensión mundial»

Durante la misa, la mayor reliquia que se conserva en España de San Vicente Ferrer  ha permanecido expuesta en la Catedral de Valencia para su veneración. En el interior de un relicario de plata, rematado con el busto de San Vicente Ferrer, se muestra el radio del brazo derecho del santo que permanece en el Colegio Imperial de Niños Huérfanos San Vicente Ferrer que este año celebra el 600 aniversario de su fundación por el santo valenciano en 1410.   

A última hora de la mañana, las autoridades de la ciudad hicieron una ofrenda floral al santo, acercándose al convento dominicano del Pouet, casa natalicia de San Vicente Ferrer.

Una procesión general partió a las siete de la tarde desde la puerta de los Hierros de la Catedral, llena de fieles que esperaban la salida de la imagen de plata que se conserva en la Seo, y de su reliquia.

El recorrido procesional cumplió con la tradición de visitar el edificio de la antigua Capitanía General donde antaño estaba situado el convento de los Dominicos y donde vivió San Vicente. A continuación la procesión se trasladó a la Casa Natalicia e hizo una parada en San Esteban. La procesión finalizó en la Seo donde los fieles recibieron la bendición del arzobispo de Valencia, Carlos Osoro.

Más información: Archidiócesis de Valencia